La guerra de Afganistán ya tiene su equivalente a los 'Papeles del Pentágono', la historia secreta de la guerra de Vietnam redactada por el Departamento de Defensa y desvelada por la prensa en 1971, un hito periodístico que sirvió para demostrar cómo el Gobierno estadounidense había engañado sistemáticamente a sus ciudadanos sobre los orígenes, los motivos y el alcance de aquella guerra. Casi medio siglo después, los 'Papeles de Afganistán' impugnan el conflicto más largo en la historia de Estados Unidos con una crudeza muy similar a la de sus predecesores. Sus más de 2.000 páginas confidenciales, derivadas del análisis del conflicto realizado por una agencia gubernamental, describen un esfuerzo coordinado por parte del Gobierno y el Pentágono para ocultar los reveses de la guerra, sus palos de ciego y la falta de una estrategia consistente.

Estos nuevos 'Papeles' se basan en las más de 600 entrevistas realizadas por la Oficina del Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, en sus siglas en inglés) a los principales responsable políticos, diplomáticos y militares de la contienda afgana. SIGAR publicó en el 2016 'Lecciones Aprendidas', un informe más técnico que crítico que dejó fuera el relato más comprometedor de los testimonios. Tras una larga batalla judicial 'The Washington Post' ha tenido finalmente acceso a la transcripción de las entrevistas y el resultado es demoledor. "Se ha mentido constantemente al pueblo estadounidense", ha reconocido al John Sopko, el director de la agencia que realizó las entrevistas.

Los documentos demuestran, según el 'Post', que a lo largo de los 18 años de contienda se manipularon los datos y los análisis de la guerra para venderle al público que progresaba en la buena dirección. También constatan la falta de una estrategia militar coherente, el despilfarro de miles de millones en el intento de transformar Afganistán en algo parecido a una democracia o el fracaso sistemático para frenar la corrupción. El Gobierno ni si quiera se puso nunca de acuerdo en quién era el enemigo. ¿Al Qaeda, los talibanes, los señores de la guerra? O siquiera cuál era el objetivo final de la contienda. "Al final había tantas prioridades y ambiciones que ni siquiera teníamos estrategia", dice uno de los entrevistados.