En estos tiempos en que el mundo no gana para sustos, al menos el sobresalto de este viernes en el aeropuerto internacional de Malta se resolvió sin sangre. Hubo tensión y confusión, sí, a raudales, pero los 109 pasajeros y los seis miembros de la tripulación acabaron bajando ordenadamente por grupos por la escalerilla del avión de la compañía libia Al Afriquiya, todos ilesos, y sus dos secuestradores, que declararon ser partidarios del dictador caído Muamar el Gadafi, hicieron lo mismo, esposados, poco después. Por una vez, todo había acabado bien.

La pesadilla había empezado unas horas antes a bordo de un Airbus 320 que había despegado sobre las 10 de la mañana de Sabha (sur de Libia) y que debía aterrizar en Trípoli, la capital, poco más de dos horas después. Pero nada de eso. Acabó 500 kilómetros al norte, en el aeropuerto de la pequeña isla mediterránea.

ARMAS FALSAS

Según relató a Reuters un alto funcionario de seguridad libio, el piloto llegó a comunicar a la torre de control del aeropuerto de Trípoli que el avión había sido secuestrado antes de que se perdiera la comunicación. Los dos secuestradores, armados con dos pistolas y una granada de mano -que posteriormente se supo que eran falsas-, amenazaban con hacer estallar el avión y obligaron a la tripulación a llevarlo a Malta.

Una vez en la pista del aeropuerto, militares malteses y equipos de auxilio rodearon el aparato y empezaron las conversaciones. Según explicó el primer ministro maltés, Joseph Muscat, propiamente no se llegó a negociar, porque los militares exigieron a los piratas aéreos que antes liberaran a todos los rehenes, y una vez hecho esto, que se rindieran. Tampoco quedó muy claro qué pretendían los dos secuestradores, dos hombres en la veintena, uno de los cuales llegó a dejarse ver en la puerta del avión enarbolando la bandera libia que fue oficial durante el régimen de Gadafi. Fuentes del precario Gobierno libio (el país se halla sumido en el caos desde la caída y el asesinato de Gadafi, en el 2011) apuntaron que habían pedido asilo político en Malta, pero Muscat lo desmintió.

PARA DARSE A CONOCER

Según un canal de televisión libio, uno de ellos, que se identificó como Musa Shaha, afirmó por teléfono ser el líder de un partido llamado Al Fateh Al Yadid (Nuevo Septiembre, en referencia al mes en que Gadafi dio su golpe de estado en 1969). "Tomamos esta medida para dar a conocer nuestro nuevo partido", aseguró, según la misma fuente. Otro medio libio, la emisora Al-Hadaz, afirmó que los captores pretendían la liberación de un hijo de Gadafi, Saíf al Islam, capturado por los milicianos de Zintan (noroeste) en noviembre del 2011, procesado y condenado a muerte.

En cualquier caso, la tensa espera acabó a primera hora de la tarde, cuando los pasajeros empezaron a bajar sanos y salvos del avión. Tras testificar sobre lo ocurrido, estaba previsto que regresaran a casa con otro vuelo de la misma compañía.