Theresa May estaría dispuesta a ofrecer un segundo referéndum sobre el brexit si los diputados así lo deciden en votación y aprueban previamente su acuerdo, rechazado ya en tres ocasiones. La primera ministra anunció ayer en Londres una serie de concesiones que incorporará al texto de la Ley del Acuerdo de Retirada (WAB), a fin de conseguir la luz verde del Parlamento. La presentación y discusión, de lo que describió como «un nuevo acuerdo», tendrá lugar hoy en la Cámara de los Comunes. El paquete legislativo será sometido a la consideración de los diputados a primeros de junio. May, con los días contados y buscando una salida lo más digna posible a su mandato, presentó el texto como la «última oportunidad» de organizar una salida negociada y cumplir con lo votado por los británicos hace tres años, cuando el 52% optó por la salida de la UE. La primera ministra esbozó la lista de nuevas concesiones. La de una nueva consulta, tema tabú hasta ahora, ha enfurecido a sus diputados.

«He escuchado cuidadosamente a los que han venido defendiendo un segundo referéndum. He hecho saber mi punto de vista claramente en muchas ocasiones. No creo que es la ruta que debamos tomar, porque creo que debemos poner en práctica el resultado del primer referéndum y no pedir a los británicos que voten en un segundo» señaló May. «Pero reconozco los fuertes sentimientos, genuinos y sinceros de la Cámara sobre este importante asunto. Por lo tanto, el Gobierno ha decidido incluir en la Ley del Acuerdo de Retirada un requerimiento para votar si celebrar un segundo referéndum».

UNIÓN ADUANERA / May también promete un voto a los diputados sobre la permanencia temporal del Reino Unido en la unión aduanera. «En las recientes negociaciones no pudimos ponernos de acuerdo», recordó. «Los laboristas quieren una unión permanente y el Gobierno ofreció una unión temporal… El Parlamento resolverá esta cuestión». La lista de May incluye concesiones ya conocidas, como la aprobación de una declaración garantizando los derechos de los trabajadores y la homologación de los derechos ambientales de la UE. A los unionistas del DUP, les aseguró que el Gobierno británico buscará «disposiciones alternativas» a la polémica «salvaguarda» irlandesa para que no tenga que ser usada en diciembre del 2020.

RECHAZO LABORISTA / Pero May ya no dirigirá ese futuro gobierno y los unionistas rechazaron inmediatamente su plan y aseguraron que votarán en contra, al igual que el resto de los partidos de la oposición. «No podemos apoyar esta ley», declaraba el líder laborista, Jeremy Corbyn. «Es básicamente un remedo de lo que hemos discutido antes y no incluye ningún cambio fundamental en la unión aduanera o en la protección de derechos» de los trabajadores. Tampoco liberales e independentistas escoceses respaldarán el plan. Peor aún. Algunos de los conservadores que lo apoyaron en la tercera votación, no lo harán ahora, furiosos por la cesión de May en acordar un voto a los diputados sobre un segundo referéndum. Un miembro del gobierno consideró que May ha logrado «tomar algo que era malo y convertirlo en algo realmente peor». El exministro para el brexit, Dominic Raab, aspirante a sustituir a May en el liderazgo del Partido Conservador, avanzó que no puede «apoyar esta legislación, que sería un vehículo a un segundo referéndum o una unión aduanera. Cualquiera de esas opciones frustraría el brexit y rompería lo prometido claramente en nuestro programa electoral». El anuncio de May se produce dos días antes de las elecciones europeas en el Reino Unido, cuya celebración es un ejemplo del fracaso del Gobierno para culminar la negociación del brexit.

Según los sondeos, los comicios serán catastróficos para los conservadores. Dentro de dos semanas y media, si finalmente la cuarta votación se lleva a cabo, la derrota será el colofón humillante a la carrera de May.