Joy Ezeilo (Enugu, 1966), activista y abogada nigeriana, exrelatora especial de las Naciones Unidas para el tráfico de personas, especialmente mujeres y niños (2008-2014), insta a la comunidad internacional a prestar más ayuda a Nigeria en su combate contra la barbarie yihadista de Boko Haram. En el segundo aniversario del masivo secuestro de 276 niñas cristianas de un colegio de secundaria de Chibok (noreste), que se cumple este jueves, Ezeilo no pierde la esperanza de que algún día puedan localizar y rescatar a las jóvenes, cuya desaparición coincidió con los últimos meses de su mandato en la ONU. Responde a EL PERIÓDICO por ‘e-mail’, en pleno tránsito aéreo desde Abuya, la capital, hacia su Enugu natal, en el sudeste del país.

-Hace dos años, el secuestro masivo de las niñas de Chibok impactó a la opinión pública mundial, pero desde entonces apenas se ha sabido de ellas. ¿Diría que la comunidad internacional se ha olvidado de estas chicas?

-El secuestro y desaparición de más de 200 niñas en Chibok es difícil de olvidar. Sin embargo, creo que la comunidad internacional está exasperada con la larga espera para su rescate. La iniciativa para encontrarlas la lleva principalmente el grupo nigeriano Bring Back Our Girls. Hay que felicitarle por su permanente interés y demanda de acción. No obstante, creo que el interés de la comunidad internacional está decayendo y debería hacer más para asistir al Gobierno de Nigeria. Este no es solo un problema de Nigeria, y no sería justo dejarlo al Gobierno nigeriano, que obviamente no tiene suficientes medios de inteligencia o capacidad para continuar con el rastreo y el rescate.

-¿Cree que algún día serán liberadas, o las encontrarán sanas y salvas?

-Sí, algún día las encontrarán. Sin embargo, por mi experiencia como relatora especial de la ONU, puede que sea imposible encontrarlas a todas. Hemos conocido por vídeos de Boko Haram que algunas han sido forzadas a casarse, otras pueden haber sido utilizadas como terroristas suicidas y algunas pueden haber muerto bajo torturas o intentando escapar, o por otras causas naturales como enfermedades o por falta de acceso a la atención sanitaria. Hay noticias de que cinco fueron rescatadas y otro vídeo que muestra a una docena de ellas hablando. Así que están vivas, y eso mantiene viva nuestra esperanza.

-Desde el 2014, cientos de mujeres y niños más han sido raptados por Boko Haram. ¿Cree que el Gobierno está haciendo lo suficiente en la lucha contra los yihadistas, o podría hacer más?

-Obviamente, el enfoque actual del Gobierno Federal de Nigeria es mucho mejor que la acción de la anterior Administración. En estos días los nigerianos han visto acciones y rescates de cientos de mujeres y niños secuestrados, al margen del caso de Chibok. El Gobierno hace todo lo posible en base a la capacidad, infraestructura y tecnología disponible. Todavía es un reto la vigilancia y el uso del espionaje con nuevas tecnologías. Hay varios desafíos que Nigeria debe afrontar, y sin duda no puede luchar sola contra Boko Haram sin un fuerte apoyo internacional. La frontera de Nigeria es demasiado porosa, y ahora que los recursos son escasos dada la bajada de los precios del petróleo, la lucha se volverá aún más difícil sin ayuda internacional.

-¿Existe una buena coordinación con los países vecinos en el combate contra Boko Haram?

-Creo que ahora hay una mejor cooperación que antes. Sin embargo, la relación debe mejorar con todos, no solo con uno o dos. De hecho, sin una plena cooperación con todos los países fronterizos, el problema del terrorismo crecerá por desgracia en dimensiones y repercusiones.

-¿Qué siente ante la terrorífica utilización de menores, sobre todo niñas, en los atentados suicidas cometidos por los yihadistas?

-Es alarmante y muy preocupante, y hace que todos los nigerianos sean vulnerables a los ataques en cualquier parte del país, no solo en las áreas restringidas del noreste o del norte. Espero que los progresos que está haciendo Nigeria en la lucha contra Boko Haram ayuden a frenar el aumento del uso de menores, particularmente niñas, que utilizan como mulas para llevar a cabo ataques con bombas contra civiles. Los refugiados y desplazados internos acogidos en campamentos están particularmente expuestos a ser atacados supuestamente por uno de ellos.

-Como madre de dos hijos, ¿qué les diría a los padres de las niñas de Chibok?

-En realidad tengo tres -un hijo y dos hijas- así que siento profundamente la pena y el trauma de cualquier padre en esta desdichada situación. Durante mi mandato en la ONU he visto rostros angustiados por todo el mundo, de personas que están buscando a sus seres queridos, y sé que la esperanza es lo único que les hace salir adelante. Por eso digo a los padres que tengan esperanza, recen y sean fuertes, porque creo que hay posibilidades de que sean halladas, rescatadas o de que negocien su liberación. Es mejor seguir con vida para verlas en el futuro que morir con el corazón roto y tener a tus hijas de vuelta tras un largo trauma que puede profundizarse por las muertes de sus padres durante su búsqueda. Es por esta razón que pido a todos los padres que se mantengan fuertes y esperanzados.