Al menos seis galardonados con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia padecen persecución, cárcel o limitación grave del ejercicio de sus derechos humanos pese a haber recibido la distinción con que el Parlamento Europeo ha mostrado apoyo a sus causas. En algunos de estos casos, su situación de represión se ha agravado precisamente tras haber sido elegidos como ganadores.

La situación se recoge en una denuncia que la eurodiputada liberal española Maite Pagazaurtundua hace a la Cámara de Estrasburgo en el marco de una campaña de recogida de apoyos parlamentarios a una propuesta para que los estados de la Unión Europea intensifiquen la vigilancia sobre el trato que reciben los premiados. La iniciativa pretende asimismo que incluyan esa vigilancia en su política exterior.

El premio Sájarov 2019, que se oficilizará en un pleno especial de la Eurocámara el próximo 18 de diciembre, ha recaído en el profesor de Economía Ilham Tohti, chino de la minoría uigur que ha destacado en la pelea por los derechos de ese pueblo. En su explicación sobre la elección de este año, el Parlamento Europeo dice que "desde abril del 2017, más de un millón de uigures inocentes han sido detenidos arbitrariamente y recluidos en una red de campos de internamiento donde son obligados a renunciar a su identidad étnica y a sus creencias religiosas". Tohti, de hecho, fue condenado a cadena perpetua por la justicia china en septiembre del 2014, bajo la acusación de separatismo.

Perseguidos

Entre los casos de persecución mantenida o posterior a la recepción del máximo título europeo en materia de derechos humanos está la activista egipcia Asmaa Mahfouz. Su Gobierno le prohíbe viajar y la ha convertido en objeto de estrecha vigilancia policial. Mahfouz es una de las fundadoras del Movimiento Juvenil 6 de abril, y, a través de su blog, una de las animadoras de la revolución democrática de su país en el 2011.

La bloguera egipcia fue premiada por el Parlamento Europeo en el 2011, en una entrega colectiva a protagonistas de la Primavera Árabe. Otra de las galardonadas el mismo año, la abogada siria de derechos humanos Razan Zaitouneh, permanece en paradero desconocido. En el 2013, la secuestró un grupo yihadista al norte de Damasco. En el 2015, se perdió su rastro.

Condenas brutales

La lista de situaciones inquietantes que relata la iniciativa incluye a Raif Badawi, bloguero saudí que defendía las libertades civiles ante el Gobierno fundamentalista de su país y que fue premiado en el 2015. Tuvo que recoger el galardón su esposa. En el 2012, fue detenido bajo la acusación de "ofensa al islam por medios electrónicos". Se le impuso una pena de siete años de cárcel y 600 latigazos, que después fue aumentada por un nuevo cargo, el de apostasía. Actualmente pende sobre él una condena de 10 años y 1.000 latigazos.

Como quiera que ningún ser humano aguanta semejante castigo de una vez, su Gobierno le aplazó la aplicación de la pena a razón de una sesión de 50 latigazos cada viernes ante la puerta de la mezquieta de Yeda, que empezaron en enero del 2015. Pero Badawi es diabético y a la semana no conseguía sanar de las heridas provocadas. Desde entonces, tiene suspendida la pena. Amnistía Internacional advierte de que el castigo se puede retomar en cualquier momento.

También fue condenada al azote, con 148 latigazos, la abogada feminista iraní Nasrin Sotoudeh, sobre quien pesa además una pena de 38 años de prisión. Premio Sájarov 2012, esta jurista defendía a mujeres que pleiteaban contra la obligación del uso del velo. En marzo del 2018, comenzó un segundo periodo de encarcelamiento que continúa hoy.

La lista de premiados perseguidos se extiende a América, a un número no determinado de integrantes de la plataforma de esposas y familiares de presos de conciencia cubanos Damas de Blanco, premio Sájarov 2005, y a diversos miembros de la oposición democrática de Venezuela, que recibió el premio hace dos años.

Actores españoles

Impulsa la demanda el grupo liberal Renew Europe, en el que está integrada la eurodiputada guipuzcoana. Pero la campaña se mueve sobre todo entre españoles. Pagazaurtundua, Premio Sájarov 2000 junto al resto de integrantes de la plataforma vasca Basta Ya, es vicepresidenta de LIBE, la comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior del Parlamento Europeo. Su presidente es otro español, el exministro socialista de Justicia Juan Fernando López Aguilar, que apoya la iniciativa de dirigir una petición expresa de vigilancia sobre el asunto al Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell.

El grupo parlamentario Renew ha movido al presidente del Parlamento Europeo, el italiano David Sassoli, a "tomar las medidas necesarias para la liberación y el cese de la persecución de los galardonados con el Sájarov en sus contactos con los países interesados", explica Pagazaurtundua.

Foco mediático

Hasta ahora, a los premiados por la Eurocámara el galardón les supone dos efectos inmediatos: una importante inyección económica para él -o su familia, si no puede percibirla- de 50.000 euros, y unos días de foco mediático más o menos intenso en Europa durante las fechas de finalización del año y comienzo del siguiente.

Después, el empujón recibido va perdiendo fuerza. Y de ello es muestra un grupo de relación que mantienen los premiados a través de distintas redes de comunicación. Lo constituyeron hace diez años para mantener una labor de relaciones de trabajo, pero en pocos casos ha avanzado más allá de la mera presentación.

Pero no todo es indiferencia una vez que pasa el efecto del premio: varios de los galardonados en Estrasburgo recibieron después el Premio Nobel de la Paz. Ha sido el caso de Nelson Mandela, Malala Yousafzai, Denis Mukwege y Nadia Murad. El propio premiado de este año, Ilham Tohti, está propuesto también para el galardón del instituto noruego.