Tras una sesión maratoniana de más de 20 horas, el Senado brasileño ha apartado del poder a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante los 180 días que puede durar el procesode 'impeachment'. Maniobras fiscales del Gobierno, el gigantesco caso de corrupción de la petrolera estatal Petrobras y la grave crisis económica que atraviesa el país han llevado a Ruousseff a enfrentar un juicio político que ella describe como un "golpe contra la democracia".

Más de la mitad de los senadores de Brasil, 55 de los 81 integrantes de la Cámara alta, han votado a favor del juicio político frente a 22 votos en contra.

La presidencia será ocupada por el vicepresidente, Michel Temer, quien debería completar el mandato presidencial que concluye el 1 de enero de 2019 en caso de que la destitución sea la definitiva.

Los pocos senadores que arroparon a Rousseff insistieron en la tesis de que en Brasil está en marcha un "golpe contra la democracia", a pesar de que el miércoles el Tribunal Supremo avaló el proceso al negar un último recurso presentado por la Abogacía del Estado.

Está previsto que la presidenta, conocida como la "dama de hierro" de América Latina, lleve a cabo una intervención aceptando el veredicto del Senado en lo que constituirá un momento álgido de una jornada histórica.