Dar la respuesta oficial de la oposición a los discursos sobre el estado de la unión en Estados Unidos es siempre una tarea desagradecida: es una intervención preparada de antemano que no puede dar contestación inmediata a puntos concretos planteados por el presidente en el Congreso, suele convertirse en un ejercicio predecible y genérico y a menudo es analizado más por detalles o meteduras de pata que por el contenido. Este martes, sin embargo, la demócrata Stacey Abrams ha elevado algo el complicado encargo. “Aunque estoy muy decepcionada con el enfoque del presidente a nuestros problemas no quiero que fracase, pero necesitamos que diga la verdad y respete sus deberes y la extraordinaria diversidad que define América”, ha dicho en un momento de una intervención donde uno de los ejes ha sido la denuncia de los esfuerzos republicanos por suprimir el voto de las minorías.

Abrams, que fue candidata a gobernadora de Georgia en las últimas legislativas y se ha convertido en la primera mujer negra en dar una de estas respuestas, ha elegido un salón en una sede sindical cerca de Atlanta como escenario y ha hablado con un grupo de activistas y trabajadores a sus espaldas. Y en poco más de 11 minutos ha hilado un discurso en el que ha denunciado con contundencia políticas y acciones de Donald Trump, y de los republicanos en general, en cuestiones como inmigración, sanidad y trabajo, las mismas líneas principales por las que se da por seguro que discurrirá la campaña para las elecciones presidenciales del 2020.

CONTRA EL MURO

Abrams ha denunciado el reciente cierre parcial del gobierno como “un truco maquinado por el presidente”, al que ha criticado por usar a los trabajadores federales como “peones para ganancias políticas”. Ha derribado también la insistencia de Trump en construir un muro y ha asaltado sus políticas migratorias como la separación de familias a la vez que defendía la posición demócrata. “El tratamiento con compasión en la frontera no es lo mismo que fronteras abiertas”, ha dicho Abrams, que ha declarado que “América se hace más fuerte por la presencia de inmigrantes, no muros”.

Su intervención también han incluido la denuncia de la reforma fiscal, que en sus palabras “ha amañado el sistema contra la gente trabajadora”, y una defensa de los sindicatos, que llevan décadas bajo asalto republicano. Ha denunciado asimismo la “tímida política de la Casa Blanca para luchar por el control de armas de fuego” y ha exigido la defensa de los logros conseguidos en materia sanitaria con la reforma de Barack Obama. También ha puesto el foco en la educación y en la lucha contra cambio climático, ausente en el discurso de Trump, por la salud reproductiva o por el respeto de derechos de la comunidad LGTB.

LA SUPRESIÓN DE VOTO

Nadie quizá estaba mejor posicionada que la propia Abrams para subrayar la denuncia demócrata de los intensificados esfuerzos republicanos por suprimir el voto de minorías, uno de los elementos que influyeron en su derrota y que ha calificado de “amenaza a la democracia”. Y aunque ha dicho reconocer los resultados de las legislativas también ha recordado: “La supresión de votos es real: desde haciendo más difícil registrarse hasta trasladar o cerrar centros de votación o rechazar papeletas legales (...) Necesitamos elecciones libres y justas. Es la próxima batalla por nuestra democracia, una en la que todos los ciudadanos elegibles para votar pueden tener su voz sobre la visión que queremos para nuestro país”.