Los combatientes suicidas, ya sea a bordo de coches cargados con explosivo, o bien a pie y con el cuerpo forrado con un chaleco bomba, y las cortinas de humo se han convertido hasta el momento en el principal arma del Estado Islámico para intentar frenar la ofensiva para liberar Mosul.

Según Amaq, la agencia de propaganda del Estado Islámico, hasta el momento los yihadistas han realizado al menos cinco operaciones suicidas. Por su parte, las autoridades iraquís informan de al menos una quincena de ataques de ese tipo.

Al menos dos de ellos han sido captados por las cámaras. Este martes se ha difundido una grabación (la que encabeza esta noticia) en que se ve como un combatiente del Estado Islámico se hace estallar junto a un grupo de peshmergas, alcanzando en su explosión a varios de ellos.

Este lunes una grabación de la CNN permitía ver un combate en una explanada. De pie, a las derecha, varios peshmergas que disparan hacia la izquierda de la imagen, donde en tierra, se ven los cuerpos de lo que se supone que son combatienes yihadistas. Uno de los peshmergas cae mientras que otro dispara a un hombre tirado en el suelo. De pronto, este último estalla, pues llevaba adosado un chaleco explosivo. No obstante, las imágenes no permiten saber si ha sido él mismo el que ha activado la carga o si esta ha explotado al ser alcanzada por una bala.

En Mosul y en las localidades de los alrededores, los yihadistas han han incendiado enormes cantidades de neumáticos y ha prendido fuego a zanjas con petróleo para crear una cortina de humo que dificulte la visión de los aviones de combate. Varias fotos aéreas muestran columnas de humo provocadas por esa táctica.

Esos choques se han producido en pequeñas localidades semidespobladas de los alrededores de Mosul, que es donde se está concentrando la primera fase de esta ofensiva. Además de los suicidas, el Estado Islámico ha colocado francotiradores y bombas trampa para tratar de frenar esos avances.