La crisis política en Brasil ha dado este jueves un giro de 180 grados que podría decidir el futuro de la mayor democraciade América Latina. A primera hora de la mañana de este jueves el juez el tribunal Supremo, Teori Zavascki, ha decididoanular el mandato del polémico presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha.

De la noche a la mañana, el principal impulsor del proceso de 'impeachment' contra la presidenta Dilma Rousseff ha quedado fuera de la ecuación. Una situación que venía fraguándose en los últimos meses debido a las continuasdenuncias por corrupción que pesaban sobre el político delPartido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB).

Cabe recordar que el "líder de la conspiración", como fue llamado recientemente por Rousseff, fue imputado por el Supremo el pasado mes de marzo acusado de exigir y recibir unsoborno de cinco millones de dólares al representante de laSamsung Heavy Industries en Brasil a cambio de gestionar un contrato millonario con la petrolera semiestatal Petrobras.

Todo un despropósito, al que hay que sumar un proceso en el Consejo de Ética de la Cámara de los Diputados por laocultación de 4,2 millones de dólares en cuatro cuentas bancarias en el banco Julius Baer de Suiza, pero que no le impidió liderar el juicio político contra Rousseff por un presunto delito de responsabilidad fiscal.

Pero la paradoja no acaba aquí. Si el Senado decide seguir adelante con el proceso de “impeachment” contra la presidenta, como parece que ocurrirá, Cunha se habría convertido en el primero en la línea de sucesión de la República justo por detrás del vicepresidente Michel Temer, su colega en el PMDB, quien asumirá como presidente interino por 180 días, en sustitución de Rousseff.

SIN CONDICIONES PARA EJERCER

De hecho, el juez Zavascki ha querido dejar claro este jueves que Cunha "no reúne las condiciones mínimas para ejercer el cargo” ya que la Constitución del país determina que “los ocupantes de cargos en la línea sucesoria de la Presidencia de la República jamás podrán ejercer una sustitución en caso de que respondan a procesos penales”.

Una maniobra de ultima hora que ha salvado al gigante latinoamericano de un ridículo mayúsculo: el próximo mes de junio, con Dilma Rousseff suspendida en el cargo, el presidente interino Temer habría dado el discurso de apertura en la Cumbre de la ONU en Nueva York mientras que Cunha habría ejercido como presidente en funciones de Brasil. Un presidente imputado, líder de la rama más conservadora de la iglesia evangélica del país y protagonista indiscutible del escándalo del los papeles de Panamá.

Pero en el entorno de Rousseff creen que la decisión llega demasiado tarde. Las maniobras de la versión brasileña de Maquiavelo podrían culminar la semana que viene si el Senado aprueba el 'impeachment'. "No caeré antes que ella", habría declarado Cunha a sus aliados en octubre tras iniciar la que será su obra póstuma. En el fondo, siempre lo supo: su "misión suicida" contra Rousseff aseguraría la instalación de un Gobierno del PMDB liderado por Michel Temer.

EL PAPA ARGENTINO "REZA" POR BRASIL

El papa Francisco "está preocupado y reza" por la situación política de Brasil, según ha explicado en Radio Vaticano el cardenal y arzobispo de Río de Janeiro, Orani João Tempesta. El arzobispo ha asegurado también que el pontífice sigue de cerca lo que ocurre en el país.

En el lado contrario el escritor peruano Mario Vargas Llosa ha afirmado que "lo que está ocurriendo en Brasil es sano" para la democracia, en referencia a la posible apertura de un juicio político a la presidenta, Dilma Rousseff. "Es bueno que un país descubra que tiene heridas y esté dispuesto a cicatrizarlas aunque el esfuerzo sea sumamente oneroso", ha valorado el premio Nobel de Literatura.