Todo sucedió como se esperaba en el Brasil de los grandes contrastes. El Tribunal Superior Electoral (TSE) decidió el viernes por la noche in extremis que Luiz Inácio Lula da Silva no puede participar de la contienda presidencial del 7 de octubre. Tener la preferencia de casi el 40% de los votantes no alcanza para poder ejercer ese derecho. El TSE consideró por seis votos contra uno que al ex mandatario (2003-2010) se le puede aplicar la ley promulgada durante su Gobierno que impide a un condenado en dos instancias presentarse como candidato en una elección. Llegar a esa conclusión llevó a los magistrados 11 horas de discusiones. Lula se encuentra en una prisión de Curitiba cumpliendo una condena de 12 años en una causa por corrupción de la que se considera completamente inocente. Sostiene a su vez que fue enviado a la cárcel sin que se haya presentado una sola prueba en su contra y con el único propósito de impedir que vuelva al poder. El pasado 15 de agosto se inscribió como candidato del Partido de los Trabajadores (PT), a sabiendas que sus posibilidades de competir eran estrechas más allá de lo que dictaminan las encuestas. El TSE se vio obligado a acelerar su dictamen porque Lula ya había aparecido como candidato en la primera tanda de las publicidades electorales. Los abogados del ex presidente expresaron su sorpresa por la celeridad con la que se tomó esta decisión.

FUERA DE LA CARRERA / El paso dado por el TSE no deja de provocar controversias: se deja a fuera de la carrera por el Palacio Planalto a la figura política más importante de Brasil de las últimas décadas. El ultraderechista Jair Bolsonaro, segundo en las encuestas con el 18%, está 20 puntos debajo en intención de voto del hombre que sacó de la pobreza a más de 30 millones de brasileños.

El juez instructor Luis Roberto Barroso propuso un plazo de 10 días al PT para que reemplace a Lula. Su defensa discutía este viernes los pasos a seguir. Existe la posibilidad de impugnar el dictamen y apelar ante las máximas autoridades judiciales. «Ante la violencia cometida hoy el TSE contra los derechos de Lula y del pueblo que quiere elegirlo presidente, el PT afirma que seguirá luchando por todos los medios para garantizar su candidatura en las elecciones de 7 de octubre», aseguró ese partido. Más allá de la intención del PT de «presentar todos los recursos» posibles en los tribunales, todo parece indicar que se impondrá la opción de delegar la campaña a su compañero, el ex alcalde de São Paulo, Fernando Haddad, sin renunciar a las movilizaciones para sacar de la cárcel a su líder. La gran duda será sobre la la capacidad de Lula de trasladar sus votos al sustituto. La consultora Datafolha anuncia que Haddad tiene una intención de voto del 4%. Sin embargo, un 31% de los entrevistados ha asegurado que votaría al aspirante que el ex mandatario señalara.

La otra cara del fallo del TSE es la del diputado Francisco Everardo Oliveira Silva, conocido como el payaso Tiririca. El rostro de la antipolítica de Brasil anunció que dejaba la política, pero ahora afirma que vuelve a presentarse como candidato conservador.