Decenas de miles de ciudadanos de Hong Kong salieron ayer a las calles en una marcha de año nuevo que los organizadores tuvieron que cancelar a petición de la Policía, lo que derivó en nuevos enfrentamientos entre agentes y los manifestantes más radicales.

Aunque había sido autorizada, la Policía pidió al organizador, el Frente Civil de Derechos Humanos, que pusiera fin a la multitudinaria marcha tres horas después de comenzar argumentando que algunos manifestantes habían empezado a arrojar ladrillos y cócteles molotov y a incendiar tiendas y bancos a lo largo de la ruta.