Donald Trump ha amenazado con imponer sanciones draconianas contra Turquía si el régimen de Recep Tayyip Erdogan ataca a las fuerzas kurdas en Siria cuando los soldados estadounidenses completen su retirada del país árabe en los próximos meses. La advertencia del líder estadounidense parece responder al aluvión de críticas recibidas por su Administración tras anunciar a finales de diciembre la retirada de Siria, un plan que muchos describieron como «una traición» a las milicias kurdas, a las que Washington ha utilizado como subcontrata en la guerra contra Estado Islámico.

Las palabras de Trump llegan en plena ofensiva diplomática de su secretario de Estado, Mike Pompeo, quien lleva varios días en la región tratando de negociar salvaguardas para sus aliados kurdos.

«Empezamos la largamente aplazada retirada de Siria mientras seguimos golpeando fuerte el poco territorio que le queda al califato de Estado Islámico», escribió el presidente en las redes sociales. «Volveremos a atacarles desde las bases cercanas si se reforman. Devastaremos a Turquía económicamente si atacan a los kurdos». Trump propuso la creación de una zona de seguridad de 20 millas en la frontera entre Siria y Turquía y pidió también a sus aliados que se abstengan de provocar a Ankara.

EL TEMOR A UNA OFENSIVA / Ankara considera que las milicias kurdas respaldadas por Washington son una prolongación del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla independentista con la que mantiene una cruenta guerra desde hace décadas. EEUU y Turquía consideran al PKK «grupo terrorista» y Washington teme que en cuanto se retire de Siria Erdogan lance una ofensiva contra los kurdos en el noroeste del país. «Tendrán que preguntarle al presidente», dijo Pompeo para explicar las amenazas de Trump. «Hemos aplicado sanciones económicas en muchos sitios, así que asumo que hablaba en esos mismos términos».

Washington y Ankara son viejos aliados en la OTAN, pero sus relaciones han sufrido altibajos últimamente. La Casa Blanca sancionó el año pasado a dos ministros de Erdogan y redobló los aranceles a la metalurgia turca como medida de presión para que Turquía liberara a un pastor estadounidense encarcelado en el país. La crisis diplomática hundió la lira turca, antes de que de Ankara aceptara las demandas estadounidenses y liberase al pastor. Turquía ha respondido esta vez afirmando que no se dejará intimidar por las amenazas. El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, dijo que su país no se opone en principio a la creación de una zona de seguridad en la frontera con Siria, pero pidió a la Casa Blanca que negocie por cauces oficiales en lugar de lanzar amenazas en Twitter.

Erdogan anunció en diciembre que pretende lanzar una ofensiva en el norte de Siria contra las milicias del YPG, grupo que considera terrorista por sus vínculos con la guerrilla kurda de Turquía. Estados Unidos es el principal aliado de las YPG en su ofensiva contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI). La retirada de las tropas estadounidenses no fue bien recibida por las milicias kurdas, que consideran que el EI no ha sido vencido por completo.