El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que visitará España durante la recepción en la Casa Blanca al rey Felipe VI y la reina Letizia, a la vez que ha alabado la "excelente"relación comercial y de defensa bilateral. "Estuvimos en España no hace demasiado y nos encanta. Un pueblo muy especial, un país precioso. Nuestra relación ha sido sobresaliente a lo largo de los años", ha subrayado Trump.

Trump y Felipe de Borbón han mostrado en todo momento su buena sintonía. "Apreciamos mucho la historia y la herencia común. Compartimos esfuerzos en muchas áreas, pero hay un vínculo común básico, que es nuestro aprecio por la democracia", ha afirmado el monarca. "Un final estupendo para un viaje perfecto", ha sentenciado..

Se trata del primer encuentro entre dos mandatarios que no se conocían personalmente y que se reunirán en paralelo a la reunión que mantendrán también en la Casa Blanca sus consortes Letizia y Melania. La previsión es que el Rey no entre en la letra pequeña de las disputas comerciales trasatlánticas y aborde el asunto desde un punto de vista más general. También se tratarán los temas propios de la relación bilateral, como la cooperación en Defensa, la lucha contra el yihadismo o la inmigración. En este sentido, la nueva política de acogida del Gobierno de Sánchez contrasta radicalmente con la de la Casa Blanca, criticada desde todos los flancos por detener a los inmigrantes indocumentados y separarlos de sus hijos en la frontera. Esta misma semana, Trump ha criticado duramente a Europa por “permitir la entrada de millones de inmigrantes” que, según ha dicho alineándose con las tesis extrema derecha xenófoba, “han cambiado significativamente y violentamente su cultura”.

El monarca Felipe VI trasladará al presidente Donald Trump la preocupación europea por las políticas proteccionistas impuestas por la Administración estadounidense. Los aranceles a las exportaciones de acero y aluminio europeo, así como a las aceitunas negras españolas, coparán parte de la reunión, según han confirmado fuentes diplomáticas españolas. Ese será también el mensaje fundamental del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, representado en la visita a Estados Unidos de los Reyes por el ministro de Exteriores, Josep Borrell. “Les vamos a trasladar la preocupación que tenemos en la Unión Europea por unas políticas comerciales que pueden empujar al mundo a una dinámica de acción-reacción muy perjudicial”, ha asegurado una fuente gubernamental.

Fuentes diplomáticas españolas aseguran que el conflicto catalán no se abordará durante las reuniones entre ambas comitivas, a pesar de que la semana que viene el presidente Quim Torra visitará Washington para asistir a la inauguración del Folklife Festival, un evento multitudinario en el centro de la capital en el que Catalunya participa como cultura invitada. La visita de Torra coincide con la intención del Govern de reabrir cinco de las oficinas exteriores de la Generalitat, cerradas tras la aplicación del artículo 155. “Vamos a reaccionar con normalidad. Las comunidades autónomas tienen derecho a tener representación exterior, siempre que no sean embajadas”, afirma una fuente gubernamental.

Reuniones previas

Antes de visitar la Casa Blanca, Felipe VI y Borrell se han reunido con el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y más tarde lo harán con su homólogo al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno. Ya por la tarde cerrarán el viaje de cinco días por Estados Unidos con una visita al Capitolio, donde les esperan los líderes de la mayoría republicana en el Congreso, Paul Ryan y Mitch McConnell, así como la jefa de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

El monarca español, que cursó un posgrado en la Universidad de Georgetown, conoce bien la capital estadounidense. Y ya estuvo en la Casa Blanca en 2016, cuando fue recibido por Barack Obama seis meses antes de que expirara el mandato del demócrata. Pero este será su primer encuentro con Trump, un dirigente volátil e impulsivo que se ha caracterizado por tratar mejor a los déspotas y los rivales geopolíticos de EE UU que a sus aliados tradicionales. En el caso de España, si se analizan las obsesiones del magnate, Felipe VI cuenta con un punto a su favor y otro en contra.

En contra tiene el gasto militar español en Defensa, que está muy por debajo del 2% que exige el compromiso con la OTAN a pesar de que Mariano Rajoy prometió aumentarlo durante los próximos años. A favor, por contra, tiene la balanza comercial con EE UU, en la que España sale perdiendo. El año 2014 fue una excepción, pero así ha sido tradicionalmente. Las exportaciones españolas en 2017 a su principal mercado fuera de las Unión Europea ascendieron a 12.461 millones de euros, un ejercicio en el que también importó productos estadounidenses por valor de 13.824 millones, lo que arroja un saldo favorable a EE UU de 1.363 millones, según datos del ICEX.

Reunión con empresarios españoles

Eso no quita que la relación comercial esté llamada a ser parte fundamental de la conversación. Hace solo una semana EE UU aumentó considerablemente los aranceles a la aceituna negra española, a la que el Departamento de Comercio acusa de competencia desleal por las subvenciones que recibe de la Política Agrícola Común europea. Los gravámenes pasaron del 21.6% al 34.7%, una losa que amenaza con dejar a los productores españoles fuera de un mercado donde vendieron 60 millones de euros en 2017.

La visita de los Reyes había tenido hasta ahora un carácter mucho más cultural y económico. En San Antonio, fundada por monjes franciscanos españoles con el nombre de San Antonio de Béjar, se reunieron con empresarios españoles afincados en EE UU, así como con las principales autoridades locales y estatales. En Nueva Orleans, que fue española entre 1762 y 1803, visitaron el centro de la ciudad, el Museo de Arte y se reunieron tanto con el gobernador de Luisiana como con algunos representantes de la comunidad española.