El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado este viernes la emergencia nacional por el coronavirus. En la práctica, la medida anunciada supone la liberación de "hasta 50.000 millones de dólares" de ayuda federal para que fluyan a los gobiernos estatales y locales bajo la coordinación de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés).

El presidente ha hecho en una rueda de prensa el anuncio de la declaración de emergencia, que realiza bajo la Ley Stafford de 1988 y por la que el gobierno de Washington podría costear hasta el 75% de los gastos locales y estatales en cuestiones como pagos a trabajadores de emergencia, pruebas y suministros médicos y vacunas.

El paso será bienvenido por esas autoridades locales, que han estado intensificando las críticas y la presión a la Administración por su respuesta ante la crisis, especialmente por los problemas en la aprobación y distribución de pruebas para diagnosticar la enfermedad. De momento en el país hay 1.920 casos confirmados y 41 muertes registradas pero las autoridades sanitarias públicas solo han realizado 13.000 tests.

Simbólicamente, además, la declaración también es importante pues obliga finalmente a Trump a reconocer la gravedad de una crisis a la que durante semanas ha estado restando importancia y que ha enmarcado en su discurso nacionalista, como hizo el miércoles cuando hablando de un "virus extranjero" y criticando la respuesta de la Unión Europea anunció restricciones a la entrada en Estados Unidos desde esta próxima madrugada de extranjeros que hayan estado en países de la zona Schengen de Europa.

Acciones estatales

Gobernadores y alcaldes, especialmente en las zona más afectadas por brotes y contagios, han estado adoptando medidas para tratar de contener la propagación del coronavirus, como la prohibición de reuniones con más de unos centenares de personas. En al menos siete estados y varias grandes ciudades como Los Ángeles, Filadelfia y Washington DC se ha decretado el cierre de las escuelas públicas. Es una decisión compleja pues 30 millones de niños en edad escolar en EEUU son de familias de bajos ingresos o sin hogar que dependen de los colegios para comer y en muchos casos para recibir atención médica o asearse.

Nueva York, como ha confirmado este viernes el gobernador Andrew Cuomo, es en este momento el estado más afectado, con 421 casos confirmados, 154 de ellos en la ciudad de Nueva York. Le siguen el estado de Washington, con 420, y California, con 252 casos.

Cuomo ha logrado también que el gobierno federal de luz verde a su contrato con 28 laboratorios privados para realizar las pruebas de diagnóstico del coronavirus. Según el gobernador, a partir de la semana que viene podrán realizarse 6.000 pruebas al día.

Esa ha sido una de las medidas anunciadas este viernes por el gobierno federal antes de la rueda de prensa de Trump para acelerar las pruebas. También se ha dado a la suiza Roche un permiso de emergencia para vender a laboratorios estadounidenses un test que permite tener resultados en tres horas y media y se ha financiado con un millón de dólares a otras dos compañías para que aceleren el desarrollo de pruebas que da resultados en una hora.

Impacto en las primarias

El impacto del coronavirus también se empieza a sentir en el proceso electoral. Louisiana se ha convertido en el primer estado que decide posponer la votación de primarias demócratas y la cita con las urnas, que estaba organizada para el 4 de abril, se ha retrasado hasta el 20 de junio.

Otros estados que votan antes, incluyendo Arizona, Florida, Illinois y Ohio este próximo martes, de momento mantienen la convocatoria, aunque han dado pasos preventivos como reubicar centros de voto que iban a estar instalados en asilos o centros para ancianos. Y la campaña de Joe Biden ha emitido un comunicado en el que pide a los ciudadanos que voten el martes si se sienten sanos, no exhiben síntomas y no creen que han sido expuestos al COVID-19. El mensaje también sugiere a población de riesgo o potencialmente afectadas a que explore opciones de voto adelantado o por correo.

En las campañas han empezado también a cambiarse mítines en persona por virtuales, el debate entre Biden y Bernie Sanders de este domingo se ha trasladado de Arizona a Washington y se celebrará sin público. De momento no hay noticias de cambios en la convención demócrata, prevista para julio, y la republicana, en agosto.

Acciones en el Congreso

Mientras Trump hacía su anuncio la actividad se intensificaba en el Congreso, en cuya Cámara Baja los demócratas, en mayoría, han prometido votar este viernes un paquete de ayudas, bautizado "Ley de Respuesta al Coronavirus Familias Primero", que entre otras cosas trata de garantizar el acceso gratuito a las pruebas para todos los estadounidenses, incluyendo los que no tienen seguro médico, así como incrementar dotaciones para programas de asistencia alimentaria y Medicaid (la asistencia sanitaria para los más pobres), así como para seguro de desempleo y bajas de trabajo por enfermedad. Aunque se ha negociado con los republicanos algunos de los elementos, especialmente el de pagar a los trabajadores federales la baja, han encontrado resistencia de los conservadores y no está claro si lo apoyarán. La ley deberá ser aprobada también por el Senado, que controlan los republicanos, y ratificada por el presidente Trump.