En el ámbito de diplomacia y relaciones internacionales los gestos desempeñan un papel relevante que va más allá de lo simbólico. La reunión de alto nivel organizada este lunes para celebrar el 75 aniversario de Naciones Unidas ha servido de recordatorio.

Discurso tras discurso, empezando por el que ha ofrecido en persona en la sede central en Nueva York el secretario general, Antonio Guterres, y los que virtualmente en la era del coronavirus han pronunciado desde sus países en su mayoría reyes, presidentes y otros jefes de estado, se ha reiterado el mensaje dominante de aplaudir los importantes logros que en su historia ha tenido la organización, no dejar de mirar con realismo a sus enormes retos pero, también, apostar por el multilateralismo que encarna. Y ha quedado en manos de Donald Trump, presidente del país anfitrión, deslucir tanto el aniversario como el mensaje.

El republicano ha decidido finalmente no enviar al cónclave siquiera un vídeo que se había anunciado. Tampoco ha delegado el discurso en su secretario de Estado, Mike Pompeo, o en su embajadora ante la ONU, Kelly Kraft, que en cambio participaban en Washington en una rueda de prensa con otros miembros de la Administración para anunciar la reimposición de sanciones a Irán y renovar las llamadas a hacerlo a la ONU, donde no solo Rusia sino aliados como Reino Unido y Francia le han recordado que perdió su autoridad al salirse unilateralmente del acuerdo alcanzado con Teherán para frenar su programa nuclear militar. Y ha sido la número dos de la misión estadounidense Cherith Norman Chalet, la encargada de pronunciar un discurso que, sin eludir reconocer que la ONU ha sido un experimento exitoso, se ha centrado en las críticas habituales con que en los últimos cuatro años el ocupante de la Casa Blanca bombardea la ONU.

Trump no está solo en su desdén al multilateralismo, un desprecio que se está extendiendo paralelo al auge de nacionalismos. Es, no obstante, su máximo y más relevante exponente, con un peso y un riesgo añadido en el caso de la ONU al ser Estados Unidos el principal financiador.

"Trabajar juntos"

Ya antes del feo gesto de Trump Guterres ha pronunciado una intervención en la que ha recordado que hoy en día hay un superávit de retos multilaterales y un déficit de soluciones multilaterales. Ya sabemos que necesitamos más multilateralismo y más efectivo, con visión, ambición e impacto, ha dicho el portugués, que ha recordado que aunque la soberanía nacional es un pilar de la organización va de la mano de cooperación internacional reforzada. Nadie quiere un gobierno global, ha subrayado también Guterres, pero debemos trabajar juntos para mejorar la gobernanza del mundo.

Es un mensaje que resonaba constantemente en la reunión. Lo pronunciaban entre otros Xi Jinping, el presidente del Consejo de Europa Charles Michel o el francés, Emmanuel Macron, que ha denunciado que el sistema internacional está secuestrado por rivalidades y ha apostado por un multilateralismo de acciones, más que de palabras, poniendo como ejemplo la superación de diferencias en la Unión Europa para dar una respuesta coordinada a la pandemia.