El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha pedido públicamente este jueves tanto a Ucrania como a China que inicien una gran investigación sobre el exvicepresidente y candidato demócrata Joe Biden y su hijo Hunter, a los que acusa sin dar ninguna prueba ni detalle de corrupción en ambos países. La declaración, realizada ante la prensa en los jardines de la Casa Blanca antes de salir de viaje hacia Florida, ha sacudido Washington, donde los demócratas abrieron el martes de la semana pasada en el Congreso una investigación sobre un potencial 'impeachment' precisamente porque Trump pidió esa investigación de su rival político en una llamada privada con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski.

La petición de Trump, al menos en la superficie, desafía toda lógica. No solo ratifica la petición de injerencia extranjera en el proceso electoral estadounidense (algo que ya hizo cuando era candidato pidiendo en el 2016 a Rusia que buscara 30.000 correos electrónicos de Hillary Clinton) sino que la amplía ahora a Pekín. En la explosiva declaración, no obstante, laten indicios de una táctica, o incluso de una estrategia, para tratar de guiar a su favor el foco de las investigaciones o la cobertura mediática.

CUESTIÓN DE ESTADO

Trump, que ha reconocido que no ha pedido a Xi Jinping que ponga en marcha la investigación aunque dice que "ciertamente es algo que se puede empezar a pensar", trata de convertir en cuestión de estado, o al menos dotarle de esta pátina, lo que los demócratas y el analista de inteligencia que hizo saltar las alarmas por la llamada a Zelenski creen que es abuso del poder de cargo por interés electoral personal. En su controvertida petición a China, por ejemplo, ha sugerido que la supuesta corrupción de Hunter Biden (no demostrada) y el supuesto uso que Joe Biden hizo de la vicepresidencia para proteger a su hijo de investigaciones (tampoco demostrado) han estado detrás del trato ventajoso que Pekín ha recibido durante tantos años con el que han estado timando a los estadounidenses.

Ese supuesto trato favorable al gigante asiático está argumentalmente en la raíz de la guerra comercial que ha abierto el proteccionista y populista Trump. La semana que viene una delegación del gigante asiático estará en Washington para otra ronda de negociaciones en esa guerra comercial.