Donald Trump ha presentado este sábado a Mike Pence como su candidato a la vicepresidencia en uno de los eventos de esta naturaleza más rocambolescos que se recuerdan. El aspirante republicano a la Casa Blanca se pasó más de 20 minutos divagando y hablando de sí mismo, de cómo predijo supuestamente el resultado del 'brexit' o de las maravillas contables del hotel que construye en Washington, antes de centrarse y exaltar la figura de su acompañante. El que debía de ser el día de Pence, volvió a ser el día de Trump, quien reconoció que lo ha escogido pensando en la unidad del partido. Ese fue, al menos, uno de los principales motivos.

La puesta en escena fue cuanto menos inusual. Los dos rostros del ‘ticket’ republicano no comparecieron juntos hasta el final, después de que cada uno hablara por separado. Y a diferencia de lo que suele ser habitual, no se abrazaron ante las cámaras ni levantaron los dedos en señal de victoria, sino que se limitaron a darse la mano con cierta frialdad, como dos hombres de negocios que acaban de conocerse y mantienen la guardia en alto. De fondo sonaba ‘You can’t always get what you want”, de los Rolling Stones, o ‘No siempre puedes conseguir lo que quieres’, un estribillo que ni el peor enemigo de la pareja republicana hubiera escogido mejor.

RETRASAR EL ANUNCIO

Se ha escrito que Trump dudó hasta el último momento sobre su acompañante y esa fue, según algunas crónicas, la razón por la que aprovechó el atentado de Niza para retrasar el anuncio. “Uno de los motivos por los que he elegido a Mike es por la unidad del partido, tengo que ser honesto”, explicó el magnate. Aludió a otros: “tiene muy buen aspecto” y una “increíble familia”. Trump lo describió como “un hombre de honor, carácter y honestidad”, lo opuesto a su entender de Hillary Clinton, a la que pintó como “la personificación de la corrupción”.

Solo al final elogió el trabajo de Pence en Indiana. Leyendo de un papel, habló de cómo ha logrado equilibrar el presupuesto y reducir el paro, al mismo tiempo que aumentaba el gasto en educación e infraestructuras. “Juntos -dijo- seremos los candidatos de la ley y el orden”.

CONSERVADOR A LA VIEJA USANZA

Pence es un conservador a la vieja usanza, el hombre que quería el aparato republicano de los tres o cuatro nombres que sonaban en las quinielas. Y no ha debido ser fácil para Trump quedarse con él porque valora la lealtad y el antiguo locutor de radio solo se subió al carro después de que perdiera su caballo ganador. Pence respaldó a Ted Cruz durante las primarias y, en diversos asuntos, se ha distanciado de las opiniones de su nuevo jefe. Respalda, por ejemplo, el acuerdo de libre comercio con el Pacífico y, cuando el candidato anunció que pretende prohibir la entrada en Estados Unidos a los musulmanes, escribió que la propuesta es “ofensiva e inconstitucional”.

Pero como complemento retórico, no podría ser una mejor elección. Pence habla de forma estructurada, con párrafos coherentes y un discurso que se ajusta mucho más a los estándares del Partido Republicano. Hijo del dueño de una gasolinera, describió a Trump como “un luchador” y “una buena persona” y dijo que “entiende las esperanzas y las frustraciones de los estadounidenses mejor que ningún otro presidente desde Ronald Reagan”. Nada en sus formas recordó a las extravagancias del candidato. “He respondido a su llamada porque sé que un liderazgo fuerte republicano puede traer un cambio real y porque debemos asegurarnos de que Clinton nunca será presidenta”, dijo Pence.