El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lamenta ahora las «mentiras» de Arabia Saudí en relación con las circunstancias que rodearon la macabra muerte de Jamal Khashoggi en la embajada de este país en Estambul, después de haber dado pábulo a las controvertidas explicaciones que llegaban desde Riad sobre la desaparición del periodista.

«Obviamente ha habido engaños y mentiras», admitió el mandatario en una entrevista al diario The Washington Post, un medio en el que precisamente colaboró Khashoggi, exiliado en EEUU desde el año pasado por temor a las represalias del poder saudí por su postura crítica con el régimen.

Trump se mostró crítico con las diferentes versiones emitidas por el país árabe poco después de haber considerado «creíble» la posibilidad de que el periodista fuese asesinado durante una pelea en la legación saudí en Estambul, como había informado Riad en una de sus últimos comunicados oficiales. Khashoggi murió tras las torturas que le infligieron en el mismo despacho del cónsul durante 7 minutos, en los que sufrió diversas amputaciones estando aún vivo.

El cambio de postura de Trump guarda una estrecha relación con la creciente presión de su país, instándole a adoptar medidas contra Arabia Saudí. El mandatario republicano, no obstante, se ha cuidado de tratar de preservar la figura del príncipe heredero de la corona saudí, Mohammed bin Salmán, conocido popularmente como MBS, al que ha calificado como «una persona fuerte que realmente ama a su país».

«Nadie me dijo que fuera responsable o que dejara de serlo», expuso Trump en relación con las investigaciones. Por el momento, debe mantenerse como una «posibilidad» que MBS solo tuviera conocimiento de los acontecimientos a posteriori. «Me gustaría que él (por MBS) no fuera responsable, creo que es un aliado muy importante para nosotros, especialmente como contrapeso por todas las cosa malas que Irán hace en el mundo», dijo.

Con menos tibieza se expresaron los gobiernos de Reino Unido, Francia y Alemania, que coincidieron en subrayar que la versión que ha aportado Arabia Saudí sobre la muerte del periodista saudí requiere estar respaldada por «hechos» para ser considerada «creíble». «Se mantiene la necesidad urgente de una aclaración sobre lo que ocurrió exactamente el 2 de octubre, más allá de las hipótesis planteadas hasta ahora por la investigación saudí», señaló su nota conjunta.