El contacto directo entre Donald Trump y Vladimir Putin durante la reciente cumbre del G-20 fue más profundo de lo que se había divulgado públicamente hasta ahora. Este martes la Casa Blanca ha confirmado que el mandatario estadounidense y su homólogo ruso, que el 7 de julio mantuvieron una reunión bilateral de dos horas y cuarto en Hamburgo, protagonizaron ese mismo día por la noche otra conversación de cerca de una hora, de cuyo contenido no hay registro oficial.

La existencia de esa charla, informal pero privada y que tuvo lugar durante una cena para líderes y sus cónyuges organizada por Angela Merkel, ha sido revelada por Ian Bremmer, el presidente de la consultora internacional Eurasia Group, que fue informado del encuentro por dos personas presentes en la cena. Solo después de esa revelación ha sido confirmada por fuentes de la Casa Blanca, que han tratado de minimizar su trascendencia.

Las fuentes oficiales insisten en definirla como una “conversación breve”, aunque el diálogo entre Trump y Putin duró cerca de una hora. Las fuentes de la Casa Blanca también descalifican como “falsas, maliciosas y absurdas” las insinuaciones de que se ha tratado de ocultar que la conversación tuvo lugar. “No solo es perfectamente normal sino que es parte de los deberes de un presidente interactuar con líderes mundiales”, ha justificado una de las fuentes oficiales a un reportero de Time. Y hasta el propio presidente se ha lanzado a Twitter para denunciar como "enferma" la historia sobre la segunda conversación.