El primer ministro griego, Alexis Tsipras, superó ayer su primera moción de censura desde que se hizo cargo del Ejecutivo de Atenas en el 2015. La iniciativa para destituir a Tsipras la ha tomado el principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia (ND), como respuesta al polémico acuerdo al que llegaron esta semana Tsipras y su homólogo macedonio, Zoran Záev, para cambiar el nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia por el de Macedonia del Norte.

La moción, ya desde el principio, nació muerta. El partido conservador Griegos Independientes, socio del partido de Tsipras, el izquierdista Syriza, ya dijo desde un principio que no apoyaría la moción de censura, a pesar de que es contrario al pacto con Macedonia. La moción que requería la mayoría absoluta de 151 votos recibió el respaldo de 127 de los 280 diputados presentes (sobre una cámara de 300), mientras que 153 parlamentarios de la coalición gubernamental votaron en contra.

«El acuerdo daña terriblemente nuestros intereses nacionales. Es una concesión nacional que no puede ser tolerada», dijo, durante el debate en el Parlamento, el portavoz de ND.

El debate en Atenas estuvo acompañado de una serie de manifestaciones contrarias al acuerdo. «El desmembramiento de Grecia ha empezado. Llamo a los líderes militares a respetar su juramento de proteger el país y arrestar al primer ministro, Alexis Tsipras, al ministro de Defensa y al presidente. Es la única forma de parar esta traición», dijo Konstantinos Barbarousis, líder del partido neonazi Amanecer Dorado. Barbarousis fue detenido y los diputados de su partido expulsados del debate.