El primer ministro griego, Alexis Tsipras, hizo ayer la primera visita a la zona afectada por los incendios que se han cobrado la vida de 91 personas. El primer ministro estuvo cerca de una hora recorriendo los parajes calcinados de Mati y Rafina, enclaves turísticos y costeros, a unos 40 kilómetros de Atenas, que han quedado completamente devastados. Tsipras llevó a cabo esta visita en medio de un creciente descontento por la labor del Ejecutivo ante los fuegos, lo que ha llevó a la oposición a pedir su dimisión.

«Visité la escena de la tragedia, hablé con ciudadanos, ingenieros, soldados y voluntarios… El dolor no tiene precedentes, pero debemos respetar a quienes lucharon contra las llamas y ahora luchan por reparar lo destrozado», escribía en su cuenta de Twitter el primer ministro tras la visita.

Tras haber criticado duramente la pasada semana que Tsipras no viajara de inmediato al lugar de los hechos, el principal partido de la oposición (Nueva Democracia) y otros partidos de la oposición calificaron la visita de «viaje relámpago» y de «show mediático» cuyo objetivo, según ellos, era calmar «la ira de los habitantes», que se han sentido abandonados por las autoridades. El Gobierno griego anunció ayer un paquete de medidas valorado en 40 millones de euros para ayudar a los damnificados.

Tsipras asumió el viernes la responsabilidad política por el desastre, sin cuestionar la gestión operativa de las tareas de extinción del fuego mientras que la oposición y la prensa critican la falta de coordinación de varios servicios. Los expertos cuestionan la falta de un plan urbano durante más de 50 años en estas localidades, enclavadas en medio de extensos pinares. «Si hay necesidad, el Gobierno llevará a cabo demoliciones para crear condiciones seguras de urbanización», dijo el portavoz gubernamental, Dimitris Tzanakopoulos.

El Gobierno de Grecia ordenó ayer que los procedimientos para obtener ayudas por los incendios de la pasada semana -cuyo balance de víctimas mortales asciende a 92- sean lo más sencillo posible y que las compensaciones comiencen a pagarse a partir de mañana.

El portavoz del Gobierno, Dimitris Tzanakopulos, explicó además ayer en rueda de prensa que se establecerá un comité especial para elaborar una propuesta integrada para la mejora y desarrollo de la Protección Civil. «La responsabilidad política práctica se muestra apoyando a las víctimas, restaurando los daños, tomando medidas para evitar estos desastres en el futuro», dijo Tzanakopulos.

Por otro lado se refirió a las críticas que la gestión de esta crisis está recibiendo por parte de la oposición y dijo que el Gobierno no tiene «ni la intención ni el tiempo para dedicarse a la batalla política sobre las víctimas, especialmente en un momento de crisis».

Además agradeció a todas aquellas personas comunes que sin dedicarse profesionalmente al rescate se acercaron a la zona el pasado lunes y consiguieron salvar la vida de unas mil personas.

Por su parte el ministro de Defensa, Panos Kammenos, reiteró ayer el rechazo del Gobierno a la controversia. «Hay servicios, procedimientos y planes donde se puede consultar en todo momento lo que hicimos y cómo lo hicimos y, si es necesario, atribuir culpas», dijo en rueda de prensa.

La última víctima fue encontrada en el mar por las autoridades portuarias y un grupo de submarinistas. El servicio de bomberos ha informado hoy de que oficialmente hay 25 personas desaparecidas. De los más de 180 heridos ingresados hace una semana, continúan hospitalizadas 43.