Estado Islámico (EI) llevaba más de un mes planeando un atentado en la antigua iglesia, después mezquita, después museo y ahora mezquita de nuevo de Santa Sofía. Así lo ha asegurado este miércoles el ministro del Interior turco, Süleyman Soylu, que, en una entrevista al periódico 'Hürriyet', uno de los más importantes del país, ha asegurado que la policía turca ha desbaratado toda la operación.

"El EI llevaba más de un mes preparando un ataque en Santa Sofía, además de otros centros económicos y asociaciones de Estambul. Querían secuestrar políticos turcos y hombres de Estado y llevárselos a Siria", ha dicho Soylu, que ha explicado la operación que le sirvió a Turquía para descubrir el pastel.

El pasado 18 de agosto los periódicos turcos estallaron: todos publicaron en sus titulares, en mayúsculas, que la policía acababa de detener en Estambul a Hüseyin Sagir, ciudadano turco y miembro del EI. La policía filtró varios vídeos en los que se veía a Sagir pasear por la plaza de Taksim, delante de bares, calles comerciales y tiendas. Su objetivo, explicó la policía, era recabar información y localizaciones para hacer un atentado en la zona, conocida en Estambul por ser un área de alcohol y fiesta (aunque algo venida a menos, eso sí).

Los vídeos continuaban: después salían las fuerzas especiales turcas en plena acción, entrando al hotel del presunto yihadista y deteniéndole en una espectacular operación. Debajo de su cama encontraron escondido un subfusil kaláshnikov y varios cargadores.

Segunda detención

Dos días después de esa operación, tuvo lugar otra: el 20 de agosto Turquía detuvo al supuesto emir del grupo en Turquía, Mahmut Özden o, lo que es lo mismo, el jefe del EI en el país anatolio. El ministro del Interior turco explicó que la segunda detención, en la que también se capturó a cuatro allegados de Özden, ocurrió gracias a las confesiones y al material confiscado del primero.

"En los documentos [encontrados en la habitación del hotel de Sagir] vimos la estructura del grupo en nuestro país y las instrucciones que venían de Siria e Irak. Hasta escribieron cómo utilizar y esconder las armas en la ciudad y las zonas rurales", ha dicho Soylu en la entrevista, donde ha explicado que la policía ha podido determinar que los yihadistas estaban intentando formar equipos de 10-12 personas para realizar esos ataques.

En las mentes de los turcos queda lejos ese 2016, un año en el que, en el país, hubo casi un atentado al mes, a parte del golpe de Estado de julio. Fue un año frenético, en el que los turcos vivían con pánico las multitudes y temían viajar en transporte público y que culminó con el último atentado registrado en Estambul hasta la fecha, que fue la noche de fin de año del 2017. Ya pasada la medianoche, un miembro del EI entró en una discoteca a las orillas del Bósforo con un fusil kaláshnikov. Mató a 39 personas.