El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y todos los ministros de su gabinete habían dicho ya en mil ocasiones que el trato estaba hecho: Turquía había comprado los sistemas de defensa antiaérea rusos S-400 y estos iban a llegar en julio. Estados Unidos -mediante portavoces del Pentágono- ha estado avisando: que Turquía adquiera el sistema de misiles ruso es incompatible con ser miembro de la OTAN -Ankara lo es desde 1952- y acarreará sanciones. Finalmente, ayer las primeras partes de los S-400 llegaron a Turquía.

«La entrega de partes del sistema de defensa continuará en los próximos días», dijo la presidencia de la Asociación de la Industria de Defensa de Turquía. De momento, el Gobierno turco no ha confirmado dónde serán desplegados los sistemas de defensa antiaérea, diseñados por los rusos para derribar entre otros, aviones y misiles. Muchos expertos consideran que los S-400 pueden tener como destino Ankara.

«Para Erdogan, hay dos motivaciones para comprar este sistema de misiles. El primero y más importante, para protegerse a él mismo y su palacio en caso de un hipotético nuevo golpe de estado. Segundo, la compra de material militar ruso es parte de su huída del bloque transatlántico hacia el bloque autoritario de los países del Este. De esta manera, Erdogan espera matar dos pájaros de un tiro», explica Aykan Erdemir, analista turco.

INCOMPATIBILIDADES / El Gobierno turco ha dicho en una infinidad de ocasiones que los sistemas de defensa de la OTAN y los S-400 son perfectamente complementarios y que, por lo tanto, no habrá ningún problema.

Los mandos de la OTAN y los EEUU, sin embargo, no están de acuerdo: «La compra turca de los S-400 rusos es incompatible con el programa de los F-35 [los cazas estadounidenses de última generación de los que Turquía ha adquierido 100 ejemplares ]. A Turquía no se le permitirá tener ambos sistemas», dijo días atrás un portavoz del Pentágono, que teme que Rusia recoja información secreta a traves de los formadores del S-400.

Según la legislación estadounidense, el Congreso de los EEUU deberá ahora imponer sanciones contra Turquía por haber comprado material militar de Rusia.

«Erdogan espera que su relación personal con Trump sea suficiente para protegerle de las sanciones. Pero está equivocado en asumir que el presidente de Estados Unidos puede obviar el Congreso en legislación relevante referente a sanciones».

SANCIONES DE EEUU / Y esto será un error de cálculo enorme de Erdogan», dice Erdemir, que continúa: «Unas sanciones de Estados Unidos precipitarían a Turquía a una crisis económica, dando más fuelle al escepticismo sobre las capacidades de Erdogan de liderar la economía del país». Así, si el Congreso estadounidense vota en favor de sancionar Turquía, Trump tendrá que acabar decidiendo entre una serie de posibles 12 medidas. Entre ellas, el presidente estadounidense podría bloquear a Ankara el acceso a los mercados financieros internacionales y denegar visados para los EEUU oficiales y miembros del Gobierno turco.