Las autoridades de Turquía tienen todo a punto para que se celebre en la tarde de hoy sin incidentes la que probablemente será una de las mayores concentraciones en la historia del país, el 'Encuentro por la democracia y los mártires', para rechazar la intentona golpista del pasado 15 de julio.

El Gobierno turco ha anunciado que el recinto de Yenikapi de Estambul, un área recientemente acondicionado para mítines, de unos 560.000 metros cuadrados podrá acoger hasta 3,5 millones de personas, aunque una cifra máxima de dos millones se antoja más realista. Otros altos cargos del Gobierno incluso han aventurado cifras de "entre tres y cinco millones", informa hoy la cadena NTV.

Un enorme dispositivo gratuito de transporte público reforzado, entre ellos 250 barcos de pasajeros, facilitará la llegada a los ciudadanos y hasta 7.000 autobuses traerán participantes desde otras ciudades. Solo se podrán enarbolar banderas turcas en la concentración, no emblemas de partidos o movimientos, y se recordará a las 240 víctimas entre civiles y fuerzas leales al Gobierno.

INTENTONA NO SUPERADA

El encuentro empezará a las 14.00 GMT y contará con la participación del presidente, Recep Tayyip Erdogan; el primer ministro, Binali Yildirim, y los dirigentes de dos de los tres partidos de la oposición, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu y el nacionalista Devlet Bahçeli, mientras que Selahattin Demirtas, presidente del partido izquierdista y prokurdo HDP, no ha sido invitado.

Erdogan anunció anoche que "la amenaza del golpe no se ha superado aún" y prometió continuar sin descanso las purgas en la Administración para apartar de sus cargos a simpatizantes de la cofradía islamista de Fethullah Gülen, a la que responsabiliza del golpe.

Gülen, un predicador turco residente en Estados Unidos desde 1999, cuya cofradía era hasta el 2013 un firme aliado de Erdogan y el partido islamista gubernamental, el AKP, ha negado toda implicación en la asonada. Hasta ahora, unas 15.000 personas han sido detenidas por supuestos lazos con la orden religiosa y más de 50.000, la gran mayoría en la enseñanza, han sido suspendidos de sus cargos.