El Gobierno de Turquía ha emitido este viernes dos decretos por los que despide a 928 funcionarios, cierra dos periódicos prokurdos y crea un órgano de coordinación de los servicios de inteligencia bajo el control del presidente, Recep Tayyip Erdogan.

Esas medidas, publicadas en el Boletín Oficial, han sido dictadas al amparo del estado de emergencia establecido tras la fallida intentona golpista de julio de 2016 y que permite al Ejecutivo gobernar mediante decretos que son debatidos en el Parlamento solo 30 días después de su aprobación.

Según el decreto, los 928 trabajadores públicos han sido despedidos por su vinculación "a organizaciones terroristas, estructuras o grupos" que se considera actúan contra la seguridad nacional.

En la zona kurda

Entre los despedidos se cuentan 205 militares, 120 funcionarios del Ministerio de Justicia, 120 académicos de diferentes universidades y 166 empleados municipales, la mayoría de localidades del sureste del país, donde se concentra la población kurda.

Esas 928 personas se unen a los 140.000 empleados públicos que han sido suspendidos o despedidos en el último año acusados de pertenecer a la guerrilla kurda del Partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK) o a la cofradía del predicador islamista Fethullah Gülen, al que el Gobierno acusa de organizar el intento de golpe de Estado.

Por otro lado, los decretos anuncian la contratación de 32.000 nuevos miembros de las fuerzas de seguridad y 4.000 jueces.

La oposición acusa al islamista Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), que dirige Erdogan, de gobernar mediante decretos, evitando así el control parlamentario.