En poco más de una semana se cumple el ultimátum dado por la Unión Europea (UE) a Theresa May para que Londres concrete sus propuestas sobre el 'brexit' y de momento los avances siguen siendo insuficientes. "En 10 días necesitamos ver progresos del Reino Unido en todas las cuestiones, incluida Irlanda", ha avisado el presidente de la UE, Donald Tusk, tras su segundo encuentro bilateral en menos de una semana con la 'premier' británica.

Tusk y May se vieron las caras el pasado viernes en Gotemburgo, coincidiendo con la cumbre social, y este viernes han repetido encuentro en Bruselas, tras la cumbre entre la UE y los países del partenariado oriental. Un 'tête a tête' "honesto", que se ha prolongado "por espacio de una hora", según fuentes de la UE, pero que ha terminado de nuevo sin novedades aunque, con un ligerísimo optimismo, Tusk que no cierra la puerta a un acuerdo.

Lograr "progresos suficientes en las negociaciones del 'brexit' en el Consejo Europeo de diciembre es posible", ha asegurado. "Pero todavía es un enorme desafío", ha añadido a través de su cuenta de Twitter. Y, lo más importante, está en manos de Theresa May. El polaco ha dejado claro que el 4 de diciembre "es el plazo límite absoluto" para que Londres "haga esfuerzos adicionales", según han explicado fuentes europeas.

Tanto Londres como Bruselas se juegan mucho. Una salida caótica podría abrir una nueva crisis económica y política en el club y ambos bandos intentan evitar que el proceso termine descarrilando. Los plazos son ajustados. Los 27 están llamados a confirmar en la cumbre del 14 y 15 de diciembre si existen o no "progresos suficientes" en los tres ámbitos prioritarios de la negociación, la factura del divorcio, la solución para la frontera irlandesa y los derechos de los cuatro millones de ciudadanos europeos afectados directamente por el 'brexit'.

"Principios de diciembre"

Para llegar con los deberes hechos a esa cita Londres tiene que dejar de lado la ambigüedad con la que ha jugado hasta ahora el partido. Si para el 4 de diciembre no muestra sus cartas, Tusk no presentará el borrador de directrices sobre el periodo transitorio y el futuro acuerdo comercial que marca el paso a la segunda fase de las negociaciones y que es el principal objetivo británico. Pese a este nuevo ultimátum, May ha percibido una "atmósfera muy positiva" y se marcha con "la genuina sensación de que queremos avanzar juntos", aunque según fuentes europeas también ha recibido el ultimátum de dar "garantías creíbles" sobre cómo piensa evitar el regreso de una frontera dura en Irlanda antes del 4 de diciembre.

Además de con Tusk, May también ha mantenido otros encuentros bilaterales con el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, la cancillera alemana, Angela Merkel, y el primer ministro danés, Lars Lokke, que al igual que Tusk ha salido más optimista de lo que entró sobre un posible acuerdo en diciembre, tras constatar avances en relación a la factura. Esta semana, según la prensa británica, los miembros de su Gobierno han respaldado un aumento de la factura de los 20.000 a los 40.000 millones de euros, una cifra que se empieza a acercar a los 60.000 millones que ha calculado la UE. May ha eludido, sin embargo, hablar de cifras y solo ha reiterado que "honrarán sus compromisos".

"Hay movimientos. En qué dirección no lo sé, pero espero que en la buena", ha dicho esperanzado también el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. El próximo 4 de diciembre se reunirá de nuevo con May en Bruselas, en la que será su tercera cena de trabajo desde que Londres activara el artículo 50 del Tratado. Será un día clave en el calendario y la fecha límite fijada por la UE.