Las autoridades de Ucrania y los separatistas prorrusos -que controlan una parte del este del país- han iniciado este miércoles el mayor intercambio de prisioneros de guerra desde que hace cuatro años estalló el conflicto, en una operación que ha contado con la mediación de la Iglesia Ortodoxa rusa.

Fruto de intensas negociaciones en las que se implicó también el presidente ruso, Vladímir Putin, este intercambio, justo antes de Año Nuevo y de la Navidad ortodoxa (7 de enero), afecta en principio a 74 prisioneros detenidos en las dos repúblicas autoproclamadas por los rebeldes y a 306 detenidos por las autoridades de Kiev.

El total de presos involucrados alcanza las 380 personas, una cifra sin precedentes desde el inicio de la guerra en abril del 2014. Se trata, además, de una de las pocas operaciones de este tipo tras la firma de los acuerdos de paz de Minsk, en febrero del 2015, entre cuyos puntos clave se citaba precisamente la liberación de prisioneros.

El número final, sin embargo, podría ser inferior al de un intercambio precedente de diciembre del 2014 (367 liberados), pues según medios locales algunos prisioneros de ambos bandos han rechazado participar en la operación.

En la línea de frente

El primer intercambio de presos desde hace 15 meses se ha desarrollado en la línea de frente cerca de la localidad de Górlovka, a unos 40 kilómetros al nordeste de la capital separatista de Donetsk. Un primer grupo de 16 prisioneros ucranianos trasladados en autobús han llegado pasado el mediodía a la zona, en un territorio bajo control de Kiev, según ha constatado sobre el terreno un periodista de la agencia AFP.

Estos prisioneros fueron detenidos por las autoridades de la autoproclamada República de Lugansk, uno de los dos bastiones de los separatistas en el este de Ucrania, ha precisado la vicepresidenta del Parlamento ucraniano, Irina Guerachtchenko, presente en la zona. Los rebeldes de Lugansk han recibido a su vez a 73 personas detenidas por las tropas de Kiev mientras que otras dos se han negado a participar en el intercambio, según la agencia oficial de los separatistas, DAN.

“Me encuentro moderamente bien, he sido prisionero durante dos años”, ha explicado a AFP Igor Kozlovski, de 63 años, mientras esperaba a ser entregado a las autoridades ucranianas. “No me han torturado psíquicamente, pero la presión moral ha sido muy fuerte”, ha afirmado Valentina Boutchok.

Más de 10.000 muertos

La guerra en el este de Ucrania, que ya ha provocado más de 10.000 muertos desde abril del 2014, enfrenta a las fuerzas gubernamentales y a los separatistas prorrusos apoyados, según Kiev y los países occidentales, por Rusia, que siempre ha negado este apoyo. El conflicto ha contribuido a las peores tensiones en las relaciones con Rusia desde los tiempos de la guerra fría.

Por todo ello, este intercambio de prisioneros ha sido celebrado como un éxito por todas las partes. El presidente de Ucrania, Petró Porochenko, “ha saludado personalmente por teléfono” a los primeros detenidos liberados por los separatistas, ha declarado vía Twitter su portavoz oficial, Sviatoslav Tsegolko.

Nuevo alto el fuego

El político ucraniano Viktor Medvedchuk, autor de la iniciativa, ha asegurado por televisión que el canje se prolongará durante varias horas, en gran medida debido a la necesidad de confirmar la identidad de cada uno de los prisioneros. La operación constituye una primera fase de un intercambio global de todos los prisioneros detenidos por los dos bandos. Medvedchuk ha adelantado que en una segunda fase, cuya fecha no ha sido aún anunciada, Kiev podría liberar a 74 prorrusos, y los separatistas, a 29 prisioneros reclamados por las autoridades ucranianas, según ha declarado a la televisión rusa NTV.

La semana pasada, ambos bandos acordaron un nuevo alto el fuego en el periodo navideño, que entró en vigor el 23 de diciembre, aunque este lunes -justo cuando el patriarca Cirilo anunciaba el acuerdo para el canje de prisioneros- el Gobierno de Kiev y los prorrusos se acusaron mutuamente de reiniciar las hostilidades.