Lo primero que hizo ayer la Unión Europea nada más expirar la prórroga de los aranceles de Estados Unidos a la importación de acero y aluminio comunitario fue presentar una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). «En cuestión de «semanas», la UE completará su respuesta con medidas de represalia por valor de 2.800 millones de euros a productos tan simbólicos como la mantequilla de cacahuete, las motos Harley-Davidson, los vaqueros Levi’s o el whisky bourbon. El listado -en el que figuran también el zumo de naranja, el tabaco o los cosméticos- lleva meses cocinado. Ya ha recibido un amplio apoyo de los gobiernos europeos y fue notificado a la OMC a mediados de mayo. Ahora, el equipo de la comisaria de Comercio Cecilia Malmström repasará y afinará la lista y volverá a consultar con los países de la UE para analizar si algún producto en concreto puede repercutir negativamente en la economía europea y conseguir la validación final. La medida podría entrar en vigor a partir del 20 de junio. Será la primera respuesta a unos aranceles estadounidenses que costarán a la UE 6.400 millones, según los cálculos de la Comisión Europea.

Bruselas tiene además preparada una segunda lista con productos a los que podrían aplicarse también en el futuro aranceles, hasta superar los 6.000 millones de euros, aunque para aplicar este segundo anexo deberán transcurrir tres años o que la OMC confirme previamente que las medidas de la Casa Blanca son incompatibles con las normas internacionales.

ADVERTENCIA // Malmström cree que EEUU ha entrado en «un juego peligroso», que la motivación alegada -la amenaza a la seguridad interna- no tiene base y que en definitiva es «puro proteccionismo» de Trump. Visto el resultado final sin éxito, no obstante, en Bruselas no quieren hablar todavía de guerra comercial.

«La situación es muy preocupante. No usaría el término guerra comercial por el efecto psicológico (de la expresión). No hemos llegado ahí, pero la situación podría empeorar», admitió Malmström sobre unos aranceles que repercutirán negativamente en el empleo no solo de la UE, también de Estados Unidos.

En Bruselas han vuelto una vez más a culpar a la Casa Blanca de la situación creada y han insistido en que durante meses han tenido abierta la puerta al diálogo. «Ofrecimos una agenda positiva. Nuestra oferta fue que retiraran la pistola y sentarse como amigos, en igualdad de condiciones, a hablar. Lo rechazaron. Ahora la pelota está en su campo», avisó la responsable de negociar sobre política comercial en nombre de los 28. Malmström rechazó que los aranceles de la UE vayan a escalar todavía más la situación y recordó que es un instrumento previsto por la OMC. Y prueba de que Europa no elige bandos y actúa cuando se cree atacada, dijo, es que no solo denunció ayer ante la OMC a Estados Unidos sino también a China. En este caso, por su legislación sobre propiedad intelectual que discrimina a las empresas europeas.

«Nosotros no elegimos bandos. Nos levantamos a favor del multilateralismo», proclamó. «Si los países del mundo no respetan las reglas, el sistema multilateral corre el riesgo de colapsar. Por eso hemos decidido denunciar a Estados Unidos y China ante la OMC», justificó recordando a Washington que Europa también sufre las consecuencias de la sobrecapacidad de acero mundial pero que es necesario combatir ese problema en el marco de los instrumentos de defensa comercial y las medidas antidumping existentes y no con decisiones unilaterales.

En este sentido, la UE también prepara medidas de salvaguarda en caso de que un aluvión de productos de acero y aluminio procedentes de terceros países inunde «seriamente» el mercado comunitario. Bruselas tiene nueve meses para tomar medidas y evitar que Rusia, China o Corea del Sur dirijan su producción hacia la UE, que ve la medida estadounidense como discriminatoria.