La UE ha decidido sancionar duramente al régimen de Bielorrusia, poniendo fin al relativo deshielo que habían experimentado las relaciones entre Bruselas y Minsk en los últimos años. Durante la cumbre telemática que ha tenido lugar este viernes entre los ministros de Exteriores comunitarios, los Veintisiete han encargado a la unidad de política exterior preparar un compendio de individuos próximos a Aleksándr Lukashenko que serán incluidos en una lista negra.

Al tratarse de un encuentro informal, no han podido tomarse decisiones oficiales. Pero el primer paso para castigar al régimen de Lukashenko ya se ha producido y será materializado muy pronto. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya se había pronunciado al inicio de la cumbre acerca de la necesidad de responder con dureza a la represión policial que se está produciendo en Minsk y otras ciudades bielorrusas. Hace tres años y no sin controversia, la Unión optó por levantar la mayoría de las sanciones contra el país eslavo tras constatar "limitadas mejoras" en la situación de los derechos humanos.

LAS PROTESTAS SE INTENSIFICAN

Mientras tanto, en las calles se la capital bielorrusa, las protestas se intensifican, después de que la candidata opositora Svetlana Tikhonóvskaya, en una grabación de vídeo, demandara a los alcaldes del país organizar "protestas pacíficas", al tiempo que exigía al Gobierno que detuviera la represión e iniciara conversaciones para una transición pacífica del poder. Durante este viernes, pudieron verse algunas escenas de agentes antidisturbios abrazados por los manifestantes.

Rusia, por el momento, observa los acontecimientos desde la barrera, al tiempo que ha conseguido el retorno de los mercenarios del grupo Wagner detenidos rocambolescamente en las últimas semanas. Muchos medios gubernamentales rusos están haciendo énfasis en la dureza de la represión por parte de las fuerzas del orden, y en la necesidad de evitar un escenario como el que sucedió en Ucrania hace seis años. La respuesta del Kremlin, azuzando la guerra en el este de Ucrania, dio inicio al progresivo aislamiento internacional de Moscú.