La situación política en Turquía, tras el intento de golpe de Estado de este fin de semana y la purga con la que ha respondido el Gobierno de Tayyip Erdogan, se ha colado de lleno en la reunión que celebran este lunes los ministros de exteriores de la Unión Europea y en el desayuno de trabajo previo que los 28 han mantenido con el secretario de estado estadounidense, John Kerry. Ambos aliados han aprovechado el encuentro para pedir calma y contención al Gobierno turco y advertir que en la respuesta al golpe no todo vale.

“Somos los que decimos que el Estado de derecho tiene que ser protegido en el país. No hay excusas para dar pasos que alejen al país de esto”, advertía la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. A su lado, Kerry se expresaba con igual firmeza y hacía un llamamiento al Gobierno de Erdogan para mantener la “calma y estabilidad en el país” y “respetar las instituciones democráticas y el Estado de derecho”.

Ambos dirigentes, lo mismo que muchas delegaciones, han avisado de que el intento de golpe de estado no justifica el fin de las libertades y que mantendrán la vigilancia para impedir retrocesos. “No podemos aceptar una dictadura militar pero también tenemos que estar muy vigilantes para que las autoridades turcas no instauren un sistema político que de marcha atrás en las reformas y la democracia”, añadía el ministro galo, Jean-Marc Ayrault.

Retrocesos como la pena de muerte, que fue abolida en Turquía en el 2004 en el marco de las negociaciones de adhesión a la UE, y cuyo debate Erdogan resucitaba este domingo. Tanto el Gobierno de Alemania como la jefa de la diplomacia de la UE han recordado este lunes las consecuencias que una decisión así. “Significaría el fin de las negociaciones de adhesión”, zanjaba el Gobierno de Angela Merkel.

“Ningún país puede convertirse en un Estado miembro de la UE si introduce la pena de muerte”, avisaba la italiana recordando que como miembro del Consejo de Europa, Turquía también está obligada a cumplir con la convención europea de derechos humanos que condena la pena de muerte.

PRUEBAS, NO ACUSACIONES

Aunque Kerry no ha ido tan lejos, sí ha subrayado que la OTAN, de la que forman parte Turquía y Estados Unidos, también exige el cumplimiento de requisitos sobre democracia y ha anunciado Estados Unidos no extraditará al clérigo opositor Fetulá Gulen porque, en primer lugar, Washington no ha recibido ningún petición formal y, en segundo, porque las simples alegaciones no bastan. “Urjo al ministro de exteriores a que nos envié pruebas no alegaciones. Necesitamos ver pruebas genuinas que resistan el escrutinio estándar. Si no hacen no tenemos ningún interés de ponernos en medio. Pero no hemos recibido ni petición ni pruebas”, ha zanjado.