Los gobiernos europeos no se han recuperado del susto que ha producido en el viejo continente la elección de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos, pero una buena parte de países -al menos el núcleo duro en el que están Alemania,Francia, España o Italia- con la alta representante para la política exterior de la UE, Federica Mogherini, a la cabeza creen que la Unión Europea debe aprovechar la coyuntura para empezar a caminar sin el paraguas de Washington en ámbitos como la política de seguridad y de defensa.

“No es el momento de reflexiones teóricas o abstractas sobre la defensa europea. Es el momento de tomar decisiones concretas que tengan un impacto inmediato”, defiende la italiana que esta tarde presentará durante la reunión conjunta que mantendrán los ministros de exteriores y de defensa de los 28 sus propuestas para revisar la estrategia de seguridad y defensa europea. Bruselas pretende poner el acento en el refuerzo de las capacidades propias, para que la UE pueda actuar al margen de Washington y la OTAN pero sobre todo en la necesidad de garantizar suficiente financiación, incluso con la creación de un fondo específico de defensa.

“Lo fundamental es el dinero. Si la Comisión Europea no es capaz de poner ‘pasta’ esto no vale para nada”, admite un alto cargo europeo sobre la necesidad de destinar partidas dentro del presupuesto comunitario. Hasta ahora, la posibilidad de que el presupuesto de la UE financie proyectos militares ha sido un tema tabú aunque Bruselas ya ha empezado a dar pasos en este terreno al financiar con 30 millones varios programa de I+D en defensa. La idea, si consiguen superar los obstáculos, es crear el citado fondo a partir del próximo marco presupuestario en 2020.

DIVISIÓN SOBRE EL CAMINO A SEGUIR

El problema es que los planes siguen suscitando dudas y que generan división de opiniones en el seno de los 28. Si bien muchos pensaron que con el 'brexit' -Reino Unido ha sido tradicionalmente el que más obstáculos ha puesto- el camino hacia la Europa de la defensa queda libre lo cierto es que no todos coinciden en el camino a seguir. “Parecía que Reino Unido era el país que se oponía a una Europa de la seguridad y defensa pero ahora hay una pléyade de países que no quieren”, admite un alto funcionario europeo.

Países atlantistas que o bien prefieren mantener su dependencia de la OTAN, como muchos del este, Holanda o Dinamarca, o tradicionalmente neutrales como Irlanda, Suecia o Austria que no quieren comprometerse en el desarrollo de la defensa. Tanto Mogherini como los países partidarios de avanzar en esta línea de trabajo recuerdan que los tratados europeos ya prevé instrumentos para avanzar en solitario si hay miembros que prefieren quedarse al margen. “Los tratados ya prevén cooperaciones reforzadas. Es un instrumento que no hemos usado. En la propuesta que presentaré incluyo la posibilidad de utilizar este instrumento”, avanza Mogherini que insiste en que el refuerzo no esconde la creación de un ejército europeo.

COOPERACIONES REFORZADAS

“Lo dije en junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre. Espero que diciembre sea la última vez que lo repita de forma que quede claro. No se trata de un ejército europeo sino de una defensa y seguridad europea más creíble y efectiva de la que tenemos hoy en día”, subraya. Actualmente, la Unión Europea cuenta ya con 17 misiones y operaciones gestionadas bajo bandera europea, muchas de ellas vinculadas a Naciones Unidas. De lo que se trata, apunta la jefa de la diplomacia europea es de reforzar esa capacidad creando una estructura de mando propia que mejore la coordinación y permita acelerar la puesta en marcha de las operaciones. “Ya tenemos un perfil en seguridad y defensa pero tenemos un potencial que no utilizamos todavía. Mis propuestas serán utilizar plenamente el potencial del tratado. Veremos hasta donde quieren ir los gobiernos”, apunta.

De momento la italiana no está sola en esta batalla. Francia es su principal aliado pero también otros como España, Italia, Bélgica e incluso Alemania que se ha mostrado dispuesta a aumentar su gasto militar. “España siempre ha estado dispuesta y deseosa de ir tan lejos como sea posible para construir la Europa de la defensa”, aseguraba este pasado domingo su ministro Alfonso Dastis. “Si no somos capaces de avanzar en esta ventana de oportunidad nos arrastra el tren de la historia”, augura un diplomático europeo con años de experiencia en Bruselas.

Francia, mientras tanto, insiste en que la UE no debería esperar las decisiones de los demás. “Esta reunión -con 56 ministros en la mesa- nos permite en un entorno cada vez más incierto y frente a nuevas amenazas demostrar que Europa es capaz de tomar decisiones importantes para la seguridad. La de hoy es una etapa especial”, sostiene el ministro galo, Jean-Marc Ayrault.