La Comisión Europea es consciente de que las probabilidades de una salida caótica del Reino Unido de la Unión Europea se han multiplicado. Pese a las tres semanas adicionales -al menos hasta el 12 de abril- concedidas por los Veintisiete en la cumbre europea del pasado jueves, la primera ministra británica, Theresa May, sigue sin contar con los apoyos necesarios para ratificar el acuerdo de salida y en Bruselas ultiman ya los preparativos para el peor de los escenarios posibles: una divorcio a las malas a partir del 12 de abril.

“No queremos un ‘brexit’ sin acuerdo pero si tiene que ocurrir que sea rápido”, reivindica un alto cargo europeo, convencido de que llegados a este punto lo mejor es pasar el mal trago cuanto antes y terminar con rapidez con la agonía en la que se han convertido las negociaciones. “Es como cuando tienes que quitarte una escayola -prosigue-, se puede hacer muy despacio y dolerá durante un tiempo, o se puede quitar muy rápido y de golpe”, explica gráficamente.

De salir sin acuerdo, el Reino Unido se convertirá de la noche a la mañana en un país tercero, sin derecho a ningún periodo de transición, sujeto a las normas de la Organización Mundial del Comercio, a los controles aduaneros, sanitarios y fitosanitarios, sin derecho a subvenciones europeas ni a participar en procedimientos de contratación de la UE.

Un escenario que generará “importantes retrasos en los pasos fronterizos” e “importantes perturbaciones” para ciudadanos y empresas. Por ejemplo, los británicos que deseen entrar en la UE para una estancia corta -de 90 días máximo en un periodo de 180- tendrán que hacerlo por la cola de los ciudadanos de terceros países, podrán ser cuestionados por el motivo de su viaje y por sus medios de subsistencia.

17 PROPUESTAS LEGISLATIVAS

La Unión Europea ya está preparada para los cambios que vienen. De las 19 propuestas legislativas planteadas para minimizar el impacto, 17 han sido aprobadas ya por el Consejo y el Parlamento y solo quedan dos pendientes: una sobre visados postbrexit, que permanece bloqueada en la Eurocámara por la inclusión de una mención de Gibraltar como colonia británica, y otra sobre el presupuesto y los pagos que deberá hacer el Reino Unido para cumplir con sus obligaciones y compromisos.

Bruselas ha puesto a disposición de los ciudadanos de la UE un centro telefónico gratuito al que llamar -en todas las lenguas- para resolver dudas, ha hecho una gira de capitales para confirmar que los Veintisiete tienen listos sus planes de contingencia nacionales y ha publicado 90 comunicaciones sectoriales con medidas de contingencia en distintos ámbitos para minimizar las perturbaciones. Ninguna de ellas replicará los beneficios de la pertenencia, serán limitadas en el tiempo y no llevarán a miniacuerdos, pero el objetivo será contener el impacto. Por ejemplo, los estudiantes de Erasmus + que participen en el programa en el momento de la salida del Reino Unido podrán completar sus estudios y seguir recibiendo la subvención, los pescadores británicos podrán faenar en aguas europeas siempre que haya un tratamiento recíproco del Reino Unido.

2.000 FUNCIONARIOS DE ADUANAS

Si hay algo que inevitablemente traerá el 'brexit' son más controles aduaneros en los puertos y aeropuertos británicos y europeos, lo que ha llevado a algunos países a pisar el acelerador en la contratación de agentes de aduanas. Holanda planea contratar a 900 oficiales adicionales, Francia a otros 700 y Bélgica a entre 300 y 400. Más de la mitad, según han confirmado fuentes del Ejecutivo comunitario, ya están trabajando y el resto de los puestos se cubrirán para finales del 2019 o principios del 2020.