La tensión entre la Unión Europea (UE) y Turquía está aumentando por momentos debido a las prospecciones en busca de yacimientos de gas en el Mediterráneo oriental puestas en marcha por el Gobierno turco. Este domingo, el Ejecutivo de Recep Tayipp Erdogan anunció el inicio de una nueva misión de exploración en aguas disputadas por Grecia que se sumaría a la puesta en marcha a principios de la semana pasada. Bruselas pidió a Ankara que detenga las prospecciones, ya que considera que esta decisión "aviva más la inseguridad" en la zona y "socava los esfuerzos de diálogo".

Según difundió ayer la agencia oficial de noticias turca Anatolia, este martes partirá un nuevo buque de investigación, el Yavuz, junto a tres barcos de suministro al suroeste de Chipe, a una zona que reclaman como zona de exclusión económica tanto Grecia como Turquía. La misión exploratoria se alargará hasta el 15 de septiembre. "Se recomienda encarecidamente no entrar en el área de estudio", avisó la Marina turca. Las autoridades grecochipriotas calificaron la alerta de "nula y carente de validez".

"NUNCA NOS DOBLEGAREMOS"

"Insto a las autoridades turcas a acabar con estas actividades inmediatamente y a comprometerse completamente y de buena fe en un diálogo amplio", manifestó el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, en un comunicado. Borrell consideró que el envío de un otro buque a la zona delineada por Chipre y Egipto "aviva más las tensiones y la inseguridad en el Mediterráneo oriental, además de "socavar los esfuerzos para continuar el diálogo y las negociaciones" y para lograr una desescalda inmediata.

Los ministros de Exteriores de la UE debatieron este tema a petición de Atenas en el consejo extraordinario que celebraron el pasado viernes y se plantearon la posibilidad de imponer sanciones a Turquía. Erdogan avisó el sábado de que su país no cederá: "Nunca nos doblegaremos ante los bandidos", dijo.