La Unión Europea (UE) cuestionó ayer la «voluntad» de China de atenerse a sus compromisos legales internacionales en Hong Kong al haber aprobado la Asamblea Nacional Popular (ANP), el órgano legislativo chino, la controvertida ley de seguridad nacional para la ciudad semiautónoma. El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, emitió una declaración en nombre de los Veintisiete en la que expresa su «grave preocupación» por los pasos dados por China, al término de una reunión por videoconferencia de los ministros de Exteriores en la que se abordó de manera informal la relación con China.

Según Borrell, esas medidas emprendidas por Pekín «no están en conformidad con sus compromisos internacionales», en concreto con la declaración conjunta sino-británica de 1984 (registrada con Naciones Unidas como un tratado jurídicamente vinculante), y tampoco con la ley básica de Hong Kong.

El proyecto de ley aprobado en Pekín pretende prohibir «cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión» contra el Gobierno central, además del «robo de secretos de Estado y la organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras».

Para Borrell, se corre el «riesgo de socavar gravemente el principio de «un país, dos sistemas», y el grado de autonomía de la Región Administrativa Especial de Hong Kong», explica.

«Las relaciones de la UE con China se basan en el respeto mutuo y la confianza. Esta decisión pone más en cuestión la voluntad de China de mantener sus compromisos internacionales. Abordaremos esta cuestión en nuestro diálogo continuo con China», recalcó. En una rueda de prensa tras la videoconferencia, el jefe de la diplomacia comunitaria dijo que seguirán «intentando poner presión sobre las autoridades chinas para que sean conscientes de que esta cuestión afecta a la manera en que abordamos asuntos de interés común». Según explicó, la reunión de ayer sirvió para que los Estados miembros expusieran sus posiciones sobre la relación con China.