Si la primera ministra británica Theresa May quiere una prórroga del brexit más allá del 30 de junio tendrá que ir vinculada a nuevos acontecimientos o un nuevo proceso político en el Reino Unido porque cualquier extensión del Artículo 50 prolongará también la incertidumbre con un coste económico y político para todos. El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, lo ha dejado claro: «Una prórroga larga tiene que estar ligada a un acontecimiento nuevo o a un proceso político nuevo», ha insistido sin precisar si se refiere a nuevas elecciones, otro referéndum o un compromiso político explícito de la Cámara de los Comunes asumiendo determinadas condiciones. Los gobiernos europeos quieren un plan «preciso y claro» y esperan que May llegue con él bajo el brazo mañana a Bruselas. «Estamos agotados de las negociaciones y esperamos propuestas claras y precisas del Reino Unido de porqué una extensión es necesaria. No es un juego», dijo el secretario de estado de asuntos europeos, Michael Roth durante la reunión de ministros de asuntos europeos que se ha dedicado a preparar la cita de mañana.

CARTA DE LONDRES / Un encuentro del que han emergido varias conclusiones. La primera, que esperan una carta de Theresa May pidiendo oficialmente la prórroga. Si esta solicitud se confirma las preguntas de los líderes europeos durante la cumbre del jueves serán las siguientes: ¿Para qué y por cuánto tiempo?

Según fuentes gubernamentales británicas, Theresa May pedirá un retraso de tres meses para el brexit, hasta el 30 de junio, con la opción de una prórroga más larga. La solicitud de la ampliación aún no era oficial a última hora de ayer y ni siquiera los miembros del Gobierno, reunidos para analizar la situación en un ambiente de gran tensión, lograron llegar a un acuerdo sobre la extensión. «La gente tiene diferentes maneras de ver las cosas, pero todos tenemos claro que queremos que todo se resuelva tan pronto como sea posible», declaraba el ministro de Finanzas Philip Hammond.

El Gobierno está buscando la forma de mantener con vida el acuerdo de May , después de que el portavoz de la Cámara de los Comunes, John Bercow, excluyera la posibilidad de una tercera votación, a no ser que se introduzcan cambios significativos en el texto. El ministro para el brexit, Stephen Barclay, sugirió que una nueva votación sobre el acuerdo de May puede tener lugar la próxima semana, después de que la primera ministra logre la ampliación.

El problema para la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, es lograr que un número suficiente de diputados rebeldes conservadores cambien de opinión, al igual que los diez parlamentarios unionistas en Westminster. Pero tampoco hay progresos en las negociaciones con El Partido Unionista Democrático (DUP).