Dos puntos de distancia, según los sondeos. Es la diferencia, simbólicamente histórica, que separa la coalición de derechas dominada por la Liga de Matteo Salvini de la izquierda progresista del Partido Demócrata (PD) cara a las elecciones autonómicas de hoy en Emilia Romaña, el tradicional feudo progresista de Italia y la región más rica del país en renta por cápita. En Calabria, la más pobre del Estado, se repiten las exiguas diferencias.

Los resultados de los comicios en Emilia Romaña pueden tener repercusiones para el Gobierno nacional, formado por el PD y los exindignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S), que han decidido presentarse solos a los comicios, sin aliarse con su socio en el Ejecutivo. La relación entre ambos ha vivido esta semana un nuevo sobresalto con la dimisión del líder del M5S, Luigi di Maio, que habló de «fuego amigo» y «venganzas».

En esta región nació el movimiento de los indignados fundado por el cómico Beppe Grillo. En las pasadas autonómicas, el M5S obtuvo el 13,8% y ahora los sondeos de SWG le otorgan un 8,5%. Sumado al entre 27%y el 29% de apoyos atribuido al PD, podrían superar al bloque de partidos de la derecha.

Bolonia, la capital de esta región, ha sido gobernada desde 1948 por la izquierda del entonces Partido Comunista Italiano, más tarde Partido Demócrata de Izquierda (PDS), luego Demócratas de Izquierda (DS) y finalmente Partido Demócrata (PD). Cerca de aquella ciudad, en 1988, el PCI abandonó el comunismo y desde entonces aún no ha decidido qué hacer de mayor.

TERRENO GANADO / Por el contrario, la derecha populista y soberanista ha ido socavando la aparente o real indiferencia de las clases bienestantes de la región, pasando del 19,4% en las últimas autonómicas (2014) a un 33,8% en las pasadas europeas (2019). Quedan lejos los días en que The New York Times cantaba la sorpresa del «comunismo de rostro humano» que se respiraba en Bolonia, cuando la represión de la URSS en Budapest y Praga estaban aún por llegar. Bolonia sigue siendo la misma de entonces, aunque el universo que hay a su alrededor ha cambiado.

Calabria, la otra región donde se vota hoy, «es otro mundo». Cristo se paró en Eboli, en Campania (Nápoles), según se titula la famosa novela de Carlo Levi, sin llegar nunca a la casi colindante Calabria. A ella llegaron los Borbones del Reino de las Dos Sicilias, pero nunca la sometieron del todo. Ha podido más la Ndrangheta, la mafia que controla el mercado mundial al por mayor de cocaína. Su facturación, que es superior a la de McDonald’s, alcanza los 55.000 millones de euros, según el profesor Antonio Nicaso, asesor de gobiernos nacionales sobre el crimen organizado. Magistratura, fuerzas del orden y la Iglesia católica son las únicas huestes que afrontan el rescate de una población de dos millones de desencantados.

La región está gobernada por el centroderecha, a quien el instituto Noto atribuye el 52% de votos, mientras que PD, M5S y listas cívicas más o menos afines alcanzarían el 48%. El mismo PD está intervenido desde Roma y el M5S, que obtuvo el 43,4% hace solo dos años, gozaría actualmente de un escaso 10%.

POSIBLE ADELANTO / Si en Bolonia vence la coalición liderada por el partido ultraderechista de Salvini, es probable que este pida elecciones generales anticipadas, no solo por el resultado, sino porque los comicios se entremezclan con varias circunstancias paralelas que podrían acabar con la legislatura. Entre ellas figura una drástica reducción de diputados y senadores, ya aprobada por el Parlamento, que en primavera será sometida a referéndum popular. Con toda probabilidad, las urnas confirmarán el recorte de sus señorías, algo que está vinculado a un cambio de la ley electoral y, por ende, a la celebración de nuevas elecciones legislativas.