La Unión Europea y Cuba han abierto este lunes oficialmente un nuevo capítulo en sus relaciones bilaterales con la firma del acuerdo de diálogo político y cooperación que cerraron en marzo pasado y que pone fin a la posición común que desde hace dos décadas condicionaba y limitaba las relaciones con la isla.

“Cuba está cambiando profundamente. Reconocemos que hay cambios, y queremos acompañarlos y llevar la relación a un nuevo nivel”, ha dicho la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, durante una breve ceremonia en la que han estampado su firma también representantes de los 28 estados miembros. “Con buena voluntad y reciprocidad es posible avanzar en beneficio mutuo por encima de las diferencias”, ha subrayado por su parte el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez.

El nuevo marco de relaciones gira en tres ámbitos: un impulso al diálogo político, con cuestiones como los derechos humanos, la inmigración o las armas de destrucción masiva; una cooperación sectorial que identifica sectores en los que cooperar como el medio ambiente, la gobernanza, la sociedad civil o los derechos humanos; y una cooperación comercial enfocada en la economía, las inversiones, la cooperación aduanera o la facilitación de los intercambios.

“Es un día muy importante para la UE y para Cuba. Estamos muy contentos de que se pueda dar este paso. A partir de la firma va a aplicarse provisionalmente una parte importante del acuerdo y confiamos en que la ratificación de los estados miembros se produzca lo antes posible”, ha explicado el ministro español de Exteriores,Alfonso Dastis. El hecho de que el acuerdo sea un tratado mixto obliga a que sea ratificado no solo por la UE -Consejo y Eurocámara- sino también por todos los estados miembros. Un obstáculo que España confía en superar siempre que no haya retrocesos en materia de derechos humanos en Cuba.

RESPETO DE LOS DERECHOS HUMANOS

“Esperamos que el Gobierno cubano no tome derivas que vayan en contra de algo que ellos mismos han suscrito”, ha manifestado Datis. Hasta ahora, según Mogherini, la UE y Cuba ya han mantenido dos rondas de diálogo sobre derechos humanos en las que han conseguido abordar cuestiones de importancia para ambos. “Son temas que hoy no hemos tratado, pero anticipo que el camino que nos ha traído a este acuerdo es el del absoluto respeto, la no injerencia en asuntos internos y la reciprocidad. Hay numerosas áreas de coincidencia y áreas de profundas diferencias fundamentalmente de ámbitos políticos”, ha respondido el canciller, recalcando la preocupación expresada en el pasado por La Habana en relación “a la garantía del ejercicio de los derechos humanos para todas las personas en Europa y Estados Unidos, acontecimientos dramáticos que conmueven a la opinión pública internacional y diferencias en el plano conceptual”.

Dastis, que ha subrayado el objetivo de que España siga jugando un papel protagonista en la isla, ha aprovechado la visita del canciller cubano para mantener un encuentro bilateral en el que ambos se han comprometido mutuamente a visitar sus respectivos países, según han explicado fuentes diplomáticas. “Después de China y Venezuela, España es el primer país en presencia económica, en inversiones y comercio y es una relación que aspiramos a fortalecer”, ha indicado.

DESHIELO TRAS 20 AÑOS DE BLOQUEO

El deshielo entre ambos bloques arrancó hace dos años y medio y tuvo su colofón en marzo pasado en La Habana, con la rúbrica del acuerdo bilateral. En septiembre pasado, la Comisión Europea proponía oficialmente dar el paso definitivo y pedía a los Veintiocho que firmaran el pacto y derogaran la posición común promovida en su día por el expresidente español José María Aznar.

El dirigente popular fue el principal instigador del bloqueo político, que ha sobrevivido dos décadas -desde 1996- y estaba vinculado a la existencia de avances en materia de derechos humanos y democratización de la isla. En el 2003, de hecho, la UE llegó a suspender de forma temporal la cooperación cuando el régimen deFidel Castro encarceló a 75 opositores al régimen. Desde entonces las relaciones empezaron a vivir una serie de altibajos que cambiaron de rumbo con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del Gobierno español. Sus intentos cayeron, sin embargo, en saco roto y hubo que esperar hasta el 2014 para que el proceso de deshielo arrancara oficialmente.