Se acerca el verano y la crisis energética, al igual que la política, no dan tregua en Venezuela. La población tendrá a partir del próximo lunes cuatro horas diarias suspendido el suministro eléctrico. Las restricciones se prolongarán por 40 días, periodo tras el cual se espera que comiencen las lluvias. “Con estas cuatro horas diarias, los venezolanos van a colaborar para detener el descenso de los niveles de la Central Hidroeléctrica en El Guri”, explicó el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez.

El gigantesco embalse de Guri provee el 63% del suministro eléctrico del país y su capacidad de generación ha llegado a instancias alarmantes. Para los especialistas, si la cota llegara a 240 metros sobre el nivel del mar, se produciría el colapso de la Central Termoeléctrica Simón Bolívar. Motta Domínguez informó que la cota alcanzó un mínimo histórico de 242 metros sobre el nivel del mar y lo atribuyó a la prolongada sequía que provoca el fenómeno de El Niño. “Con estas medidas vamos a alargar la cantidad de agua que nos queda, esperando que empiecen las lluvias. Vamos a seguir dando el servicio al pueblo venezolano, pero es necesario un sacrificio”, dijo Motta Domínguez.

El “plan de administración de carga eléctrica”, según ha sido denominado, afectará a la sociedad en diferentes momentos del día,desde las ocho de la mañana a las ocho de la noche, a pesar de que el ministro no descartó sorpresas inesperadas y molestas. “Pueden haber interrupciones fortuitas, producto de situaciones no programadas, como un cortocircuito o una rama que caiga encima de las líneas de alta, media o baja tensión. También instrucciones con malas intenciones, producto del sabotaje”, advirtió el ministro. Motta Domínguez llamó a su vez a los venezolanos a tener más conciencia del “uso eficiente de la energía”.

LOS ANTECEDENTES

Nadie se sorprendió del anuncio. El presidente Nicolás Maduro había anticipado el pasado miércoles las restricciones debido a los “fenómenos (meteorológicos) extremos” y “el mayor calor de los últimos 200 años”. Según Maduro, el Gobierno tenía “dos formas de proteger al pueblo” en estas circunstancias: “una es con un plan de racionamiento duro y otra es con un aumento duro de tarifas”, y se optó por lo primero.

Días atrás, el Gobierno dispuso que los viernes de abril y mayo no fueran laborables en las empresas públicas para gastar menos electricidad tras previamente haber resuelto que los centros comerciales funcionaran en un horario reducido. Las autoridades han dado un paso más y han impulsado el “uso controlado” de los equipos eléctricos hasta su desactivación. Los venezolanos deben graduar los termostatos de los aires acondicionados a 23°C y encenderlos solo necesario, utilizar los calentadores de agua para que caliente a 35°C, desenchufar todos los aparatos que no estén en uso, y, a su vez, “disminuir el uso de secadoras eléctricas o usarlas en momentos especiales”. El presidente reconoció que los llamamientos a la austeridad en el uso de la energía en los hogares no ha tenido efecto en el último mes, y ha lamentado que “los niveles de ahorro no se hayan logrado”.