Un proyecto de ley que avanza en el Congreso de Florida (EEUU) permitirá a las víctimas de abusos en el reformatorio público Dozier que tuvieron lugar entre 1940 y 1975 acceder a una compensación económica por daños psicológicos o físicos, según informa EFE.

El proyecto de ley SB 288, patrocinado por el senador Darry Rouson, fue aprobado este martes con seis votos a favor y uno en contra en el Comité de Justicia Penal del Senado de Florida.

La iniciativa ofrece a las víctimas de abusos en el reformatorio para chicos Arthur G. Dozier for Boys, en la localidad rural de Marianna (noroeste de Florida), una certificación estatal que reconoce que fueron objeto de abusos físicos, sexuales o psicológicos.

Una certificación oficial que les servirá para luego presentar su caso y una reclamación por este tipo de daños que sufrieron cuando eran internos de este colegio, que abrió en 1900 y cerró sus puertas en el año 2011.

Desde el cierre del reformatorio, expertos forenses de la Universidad del Sur de Florida (USF) se dedicaron a examinar y cotejar los registros y las identidades de los restos de 55 menores hallados en fosas anónimas y que comenzaron a ser exhumados a finales de 2013.

El antiguo reformatorio, que albergó también a huérfanos y a niños de hasta 5 años, fue objeto de investigación después de que antiguos alumnos de la década de 1950 y 1960 comenzaran en 2005 a denunciar que el personal y guardas les infligían castigos físicos y abusaban sexualmente de ellos.

En 1929, el reformatorio disponía de un edificio de detención con once habitaciones de cemento y dos módulos (uno para estudiantes blancos y otro para negros) construido para albergar a los alumnos violentos.

Se cree que decenas de niños murieron, desaparecieron, fueron torturados o sufrieron abusos sexuales en un reformatorio que funcionó durante más de un siglo.

El Legislativo del estado de Florida pidió perdón y reconoció en años pasados la vergonzosa historia de muerte y tortura que tuvo lugar en este reformatorio.

Si bien el informe final de la USF no determinaba la existencia de actos criminales, arrojó que, en el 34,5% de los casos, la "causa y circunstancias de las muertes eran completamente desconocidas, sin documentar", con un 20% entre los chicos blancos y un 44% entre los negros.

Se mencionan tres casos de muertes de menores por homicidio cometido supuestamente por otros chicos y la existencia de túneles en el sótano de un edificio del gimnasio del reformatorio, conocido entonces como el "cuarto de las violaciones", donde, al parecer, se abusaba y agredía sexualmente a los chicos reclusos, algunos de ellos con solo 12 años de edad.

El documento señala que el 67% de los chicos enterrados en el reformatorio Dozier eran negros. Además, no era infrecuente que las familias fuesen notificadas de la muerte de los chicos días o incluso semanas después de que estos fueran enterrados en el reformatorio.

Este siniestro capítulo del sistema judicial de menores en Estados Unidos se cerró en 2016, pero persisten muchas sombras y la denuncia del oscuro pasado de un lugar donde el castigo arbitrario y abuso, la falta de sanidad, la segregación y el miedo eran moneda común.