El triunfo de Donald Trump puede influir en el rumbo del ‘brexit’ y ofrece al gobierno de Theresa May la esperanza de un acuerdo comercial preferente entre el Reino Unido y Estados Unidos, una vez concluidas las negociaciones con Bruselas. Trump había pedido públicamente a los británicos que se marcharan de la Unión Europea durante la campaña del referéndum. El entonces candidato a la Casa Blanca afirmó que, por su parte, serían tratados “fantásticamente” después del ‘brexit’. Barack Obama, en cambio, desató la furia de los euroescépticos, cuando intervino advirtiendo que el Reino Unido “volvería al final de la cola”, para un acuerdo comercial, si optaba por dejar la UE.

Tras el sorprendente relevo en Washington, se da la circunstancia de que el único político británico que posee vínculos próximos con Trump es Nigel Farage, exlíder del UKIP, que ha participado incluso en algunos de sus mítines durante la campaña americana. “Parece que el 2016 va a ser el año de dos grandes revoluciones. La victoria de Donald Trump va a ser mayor que el ‘brexit’”, declaraba Farage, incluso antes de conocerse el resultado oficial del triunfo. El político eurófobo se ha postulado como embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea.

May ha felicitado a Trump por su victoria, en un comunicado muy convencional, en el que recuerda la especial relación entre ambos países y su estrecha colaboración en, “comercio, seguridad y defensa”, que espera mantener. Pero en el pasado, May criticó directamente a Trump y le acusó de falsedad, cuando éste declaró que los integristas islámicos controlaban barrios enteros de Londres donde la policía temía por sus vidas. No será una personalidad bien recibida en el Reino Unido. Más de medio millón de británicos firmaron una petición pidiendo que se prohibiera su entrada en el país, por incitación al odio racial. La propuesta fue debatida simbólicamente en el parlamento, lo que dio lugar a que la clase política llamara a Trump “mentiroso”, “payaso”, “bufón” y otras lindezas por el estilo.

Personalmente, Trump tiene vínculos familiares con el Reino Unido.Su madre era escocesa, nacida en la remota isla de Lewis, donde se habla gaélico. De allí emigró a Estados Unidos. El nuevo presidente republicano es también dueño de dos complejos de golf en Escocia, considerados entre los mejores del mundo.