El equipo de Gobierno de la Comisión Europea, contará a partir del 1 de noviembre con 13 mujeres, incluida la presidenta Ursula von der Leyen, y 14 hombres. Un equipo por primera vez paritario, plagado de pesos pesados de la política europea -desde el exprimer ministro italiano Paolo Gentiloni hasta los jefes de la diplomacia de España o Bélgica, Josep Borrell o Didier Reynders, y las vicegobernadoras del Banco de Francia y de Portugal, Sylvie Goulard y Elisa Ferreira- que antes de asumir el cargo tendrán que superar todos ellos un exigente examen ante el Parlamento Europeo.

La conservadora alemana, cuya elección en julio pasado se produjo en el marco del acuerdo sobre el reparto de altos cargos negociado por el PPE, los Socialdemócratas y los Liberales, se apoyará durante su mandato en tres vicepresidentes ejecutivos: el socialdemócrata holandés Frans Timmermans, que se ocupará de la política climática y el plan para desarrollar una política verde en la UE, la liberal danesa Margrethe Vestager, que además de coordinar la política digital repetirá como comisaria de competencia en una decisión sin precedentes, y el letón Valdis Dombrovskis que repetirá como vicepresidente coordinador del área económica.

También tendrá consideración de vicepresidente Borrell que fue elegido por los líderes europeos como alto representante para la política exterior de la UE, un cargo que lleva aparejada la vicepresidencia de la Comisión. Además, von der Leyen ha designado vicepresidente al ex portavoz con Jean-Claude Juncker y comisario por Grecia, Margaritis Schinas, que llevará el título de responsable de promover el estilo de vida europeo.

La distribución diseñada por la exministra alemana también asigna la potente cartera de comercio, que tendrá sobre la mesa la negociación del futuro acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido, al irlandés Phil Hogan. A la francesa Sylvie Goulard le asigna mercado interior, industria de la defensa y espacio. Encargada de lidiar con dos de los dosieres políticamente más espinosos de los últimos tiempos, los procedimientos abiertos contra Hungría y Polonia por la deriva judicial de ambos países y la revisión de la euroorden, estará el belga Didier Reynders, nuevo responsable de justicia. Junto a él, la checa Vera Jourova también se encargará de velar por el estado de derecho como vicepresidenta responsable de valores y transparencia.

CANDIDATOS COMPLICADOS

Las audiencias se celebrarán entre el 30 de septiembre y el 8 de octubre. Los candidatos a comisarios, incluido el español Josep Borrell, tendrán por tanto tres semanas para preparar el interrogatorio al que tendrán que enfrentarse en las respectivas comisiones parlamentarias.

La prueba podría atragantársele a alguno de los nominados como el exministro húngaro de justicia en el Gobierno de Viktor Orban, Laszlo Trócsányi, vinculado a polémicas reformas en el país y designado como comisario responsable de la cartera de ampliación y de velar por tanto por impulsar los valores democráticos en los Balcanes occidentales. También podría ser un problema la rumana Rovana Plumb, designada para transportes y vinculada también a un caso de corrupción y sospechosa de abuso de poder y que escapó de la justicia gracias a la protección del Parlamento. Así como el exeurodiputado polaco Janusz Wojciechowski que es objeto de una investigación de la oficina europea antifraude (OLAF) y a quien ha asignado agricultura y desarrollo rural, tal y como quería Polonia.

Al margen del pacto entre populares, socialistas y liberales y el poco apetito a sumar una nueva crisis política al 'brexit', el trámite parlamentario nunca es sencillo y basta mirar lo ocurrido en el pasado. Italia, por ejemplo, se vio obligada a sustituir a su candidato Rocco Buttiglione durante el primer mandato del portugués José Manuel Durao Barroso debido a la negativa de la comisión de libertades civiles a aceptar a un político que consideraba inmoral la homosexualidad y consideraba que la familia estaba para que la mujer tuviera hijos.

Cinco años después, el Parlamento Europeo ponía contra las cuerdas de nuevo a Barroso al rechazar a la conservadora Rumiana Jeleva y Jean-Claude Juncker se topaba con el mismo problema al rechazar los eurodiputados a la exprimera ministra eslovena, la liberal Alenka Bratusek.

Una vez superado este trámite será el pleno del Parlamento Europeo quien tendrá la última palabra en la sesión que arrancará el 21 de octubre en Estrasburgo. Así que pocos se atreven a descartar en Bruselas la posibilidad de que alguno de los comisarios fracase en su intento. El pleno del Parlamento Europeo tendrá la última palabra en la sesión que arrancará el 21 de octubre en Estrasburgo aunque tendrá que aprobar o rechazar en bloque al colegio.