La técnica utilizada con frecuencia por el aparato de propaganda del Partido Comunista de Cuba (PCC) consiste en difundir primero de forma paulatina en los centros de trabajo un rumor, en este caso, el que va a haber cortes en el servicio eléctrico debido a la carencia de combustible. Así se logra palpar el sentir de los cubanos. La respuesta ha sido clara, la población no está dispuesta a pasar otra vez por un oro "periodo especial", las penurias que sufrieron en los años 90 tras la descomposición de la Unión Soviética.

Ante la tensión percibida -como la de una olla a punto de explotar- ,las autoridades han resuelto aplicar la medida de forma discreta. Se ha empezado, desde el mes de julio, a reducir las jornadas laborales en las oficinas y ha habido algún que otro apagón exploratorio. A pesar de que el malestar se ha hecho evidente, no ha ido a más.

El Gobierno ya ha advertido, en todo caso, que se aplicarán medidas de ahorro de hasta un 30% en el consumo eléctrico porque no se dispone de petróleo suficiente para mantener en activo las termoeléctricas. La medida puede afectar también a la gasolina o al diesel porque Venezuela no podrá seguir facilitando combustible.

Es el mismo escenario de cuando se desplomó la Unión Soviética, único suministrador entonces de Cuba. Corrían los años 90 y Fidel Castro estaba al frente del país. Fue el propio comandante el que bautizó 'periodo especial en tiempos de paz' las drásticas medidas económicas impuestas a la isla, dejando entrever, en sus maniobras con el catastrofismo, que podría venir un periodo aún peor, el de los 'tiempos de guerra'.

EL 'MALECONAZO'

La penuria que sufrieron los cubanos tuvo su reacción popular, el llamado 'Maleconazo', la mayor manifestación antigubernamental registrada hasta el presente en la isla, ocurrida el 5 de agosto de 1994. Un sector de la población de La Habana, harta de la situación, se lanzó a protestar por la Avenida del Malecón, de ahí el nombre. Una marcha que fue envestida y sofocada por contingentes de trabajadores “movilizados espontáneamente”. Un día después, Castro, desde el mismo Malecón, llamó a sus seguidores a «ganar la calle» y a «derrotar a los apátridas».

Eran tiempos en que la electricidad se cortaba hasta 10 horas al día de forma ininterrumpida, sobre todo de noche, lo que obligaba a la gente a dormir en los balcones, las terrazas, las bañaderas, las azoteas o las calles para combatir el fuerte calor. Las calles de Cuba estaban tomadas por bicicletas como único transporte. El combustible de los ciclistas era un trozo de pan y agua con azúcar.

La definición más clara de lo que hoy ocurre en Cuba, aunque suene raro, es obra de la subdirectora del periódico 'Granma', Karina Marrón, que en una reunión nacional de periodistas afirmó: “Se está armando una tormenta perfecta”. La informadora fue al grano. “No hay un Fidel para salir al malecón, o por lo menos hasta ahora no ha habido una figura en este país que le dé la cara a este pueblo para explicarle las cosas…”, afirmó.

A no ser que las medidas tomadas hasta ahora sean un ensayo paramedir la temperatura de las calles, los cortes de electricidad -el 60% de la electricidad que se consume en Cuba se concentra en el sector residencial- y el apretón drástico de los cinturones comenzarán a aplicarse en firme en septiembre próximo, con el fin de las vacaciones escolares.

SALARIOS Y CONSUMO

También es una prueba cara al próximo año, cuando los analistas consideran que la crisis será aún peor. Al menos en la actualidad -Cuba ha crecido sólo un 1%, la mitad de lo previsto debido a la supresión de los subsidios de Venezuela-, la crisis se ha amortiguado gracias a los inventarios de insumos y bienes finales disponibles. Se considera que la caída del PIB en el 2017 será de un 3% con efectos negativos directos en los salarios reales y el consumo.

El propio presidente Raúl Castro, que ya ha anunciado que dejará el poder en el 2018, reconoció ante la Asamblea Nacional (Parlamento) que la economía nacional atraviesa por un momento difícil. Por lo pronto, la tensión se palpa en el ambiente, está a flor de piel. Las autoridades lo saben, tanto como que lo peor está por venir.

Un momento crítico que, por contra, viene acompañado de una buena noticia. A principios de este mes se informó del hallazgo de unaimportante reserva de petróleo de alta calidad, según anunció la empresa australiana MEO, que dio con el bolsón.Se trata de unyacimiento en tierra firme, de dos mil a tres mil 500 metros de profundidad, con reservas probables cercanas a los ocho mil millones de barriles. Calculan que la extracción pueda comenzar en el año 2018.

La noticia la dio a conocer el canal Tele Sur, de Venezuela, no el Gobierno cubano. Suena raro que los medios cubanos hayan dejado pasar un notición así y más aún en este momento difícil para la economía del país. Un dato que actualmente es casi desconocido por la ciudadanía.

Hasta ahora todos los intentos, mayormente en el mar, han sido fallidos y el poco petróleo detectado era muy pesado, con demasiado azufre, como si fuera un yacimiento hallado en el Infierno.