Las manifestaciones en contra del gobierno iraquí han vuelto de nuevo a las calles de Bargdad (Irak), tras la toma de posesión del nuevo primer ministro del país, Mustafa el Kazemi, y su gabinete. Hace siete meses que estallaron estas protestas masivas, y que obligaron a la dimisión del anterior ejecutivo. Este domingo las marchas se han reprendido de nuevo, tras el parón debido a las medidas de seguridad contra el coronavirus.

Cientos de manifestantes se congregaron este domingo en la plaza Tahrir de Bagdad, epicentro del movimiento de protesta que dio comienzo en octubre del 2019 y que ha tenido altibajos en los pasados meses, en medio de la crisis política y económica, y más recientemente de la emergencia por el covid-19. Una parte de los manifestantes se dirigieron hacia el puente Al Yumhuriya, que lleva desde el centro de la capital a la fortificada Zona Verde, que alberga embajadas extranjeras y sedes gubernamentales y que ha sido escenario frecuente de choques violentos.

Las fuerzas de seguridad les impidieron el paso lanzando bombas de sonido y gases lacrimógenos, mientras que los manifestantes quemaron neumáticos encima del puente. Una fuente del Ministerio de Interior iraquí dijo a Efe que "decenas de manifestantes en su mayoría jóvenes avanzaron desde la plaza Tahrir hacia el puente Al Yumhuriya y se hicieron con el control de un punto sobre el puente, que está cerrado con bloques de cemento". Desde hace meses, los manifestantes piden más oportunidades económicas y mejores servicios públicos, acabar con el sistema político sectario y la corrupción, así como elecciones anticipadas.

Más de medio millar de muertos

Ayer, Al Kazemi pidió que se liberen a los manifestantes detenidos no involucrados en delitos de sangre y protegerlos durante sus movilizaciones, después de que más de medio millar de iraquís hayan muerto en la represión de las protestas desde octubre, según datos de la Comisión de Derechos Humanos Iraquí. El nuevo primer ministro obtuvo el respaldo de los diputados el pasado jueves, después de que otros dos elegidos para formar Gobierno renunciaran al encargo por falta de apoyos entre las diferentes facciones políticas del fragmentado Parlamento.

Al Kazemi sustituye al exprimer ministro Adel Abdelmahdi, que tuvo que dimitir a finales de noviembre por la presión popular, pero desde entonces no ha habido progresos respecto a otras demandas de los manifestantes. La llegada del coronavirus a Irak había detenido tanto las protestas en las calles como otras actividades, mientras las autoridades centraban sus esfuerzos en frenar la expansión de la enfermedad.