Por sus venas corre sangre amarilla. La Cantera Grogueta está repleta de parejas de hermanos que compiten en diferentes equipos del fútbol base amarillo, pero que comparten una ilusión: triunfar algún día en el Villarreal CF como futbolistas profesionales.

Todos ellos comparten la afición por el fútbol y el sentimiento por unos colores, por lo que la conexión entre ellos es total. Una representación de todos estos hermanos que juegan en la Cantera Grogueta son los jóvenes que aparecen en la imagen que acompaña este reportaje. Pero hay muchos más.

La familia, como es lógico, juega un papel fundamental en su formación como jugadores y fútbol y, sobre todo, como personas. “Nuestros padres nos dicen que nos divirtamos y juguemos tranquilos”, comenta Rodrigo Alonso, que tiene 13 años y juega en el Infantil A Roda, mientras que su hermano Íñigo tiene 9 y juega en el Benjamín D. Todos tienen edades diferentes y también juegan en distintos equipos.

En la misma línea se pronuncia Iker Monfort: “Ellos solo quieren que nos lo pasemos bien y que pongamos intensidad en lo que hacemos. Mi hermano juega muy bien, pero a veces se lamenta un poco”. Por su parte, Rubén Mañas va más allá: “Nuestros padres nos dicen que nos divirtamos, pero siempre realizando el máximo esfuerzo y es lo que intentamos, tanto mi hermano como yo”.

SIEMPRE DE AMARILLO // Muchos de ellos llevan toda su vida en el Villarreal. No conocen otro club. Es el caso de José Luis y Alejandro Jiménez así como de Pablo y Carlos Gil. “Siempre le digo a mi hermano que tenemos que estar concentrados”, asegura José Luis.

Joan y Marc Chiva solo han jugado en el Alcora y en el Villarreal. “Nuestros padres siempre nos dicen que debemos tener actitud pese a que vayamos perdiendo”, comenta Joan.

A la hora de definirse entre sí, afloran los elogios. Nadie les conoce mejor que ellos mismos. “Mi hermano es un jugador habilidoso, rápido y con mucha calidad”, comenta Arnau Vega, mientras que su hermano Marc lo define como “un jugador con muy buen salida de balón, buen remate, trabajador y contundente”. Por su parte, Edu Pulpón cree que su hermano Joan es un “excelente jugador de banda” y el propio Joan opina que a Edu “le gusta tocar mucho el balón y dar juego al equipo”.

Javi Guerra califica a su hermano pequeño Antonio como “muy competitivo”, y Antonio cree que Javi “se coloca muy bien en el campo y tiene visión de juego”. Siempre que pueden, todos asisten a los partidos de sus hermanos para animarles. Son ‘groguets’ al 100%. H