Benicàssim dio ayer la bienvenida a la Navidad con su tradicional mercadillo solidario, junto a la iglesia de Santo Tomás, que alcanzó su XXVI edición. La ocasión sirvió para llevarse a casa todo tipo de adornos navideños, como centros de mesa y coronas, confeccionados a mano durante todo este tiempo por miembros del Grup Viure de la parroquia, impulsores de la iniciativa. Sorprendieron sus divertidos belenes, todos francamente originales, hechos en piedra o en madera.

Tampoco faltaron las prendas cosidas a mano por las mujeres de La Canastilla, como calcetines, delantales o ropa de bebé... ni la comida casera. Multitud de vecinos asistieron al encuentro, que se ha ganado el cariño de los benicenses y supone una de las citas más ineludibles de estos días.

La recaudación de este año va dirigida a un proyecto de nutrición infantil en Mozambique, a través de la oenegé Delwende. Una timba de regalos y rifa solidaria con premios animaron también la participación.

ANIMACIÓN // El evento, con patrocinio del Ayuntamiento, estuvo amenizado por talleres infantiles, un castillo hinchable y varias actuaciones. Entre ellas, un espectáculo de magia, una exhibición de danza del Grup El Cremaller y el concierto de Bonterra Singers, el carismático grupo de extranjeros que cada año ofrece su repertorio de villancicos internacionales, por la tarde.