La recesión económica y las largas listas del desempleo han disparado la demanda de autorizaciones para vender en los mercadillos de la provincia, que se organizan en 123 de las 135 poblaciones existentes, en un sector en el que están inscritos 745 autónomos y empresas castellonenses, cifra que desde el sector amplían hasta el millar, al que se suman quienes llegan desde otras provincias como Valencia o Tarragona.

El presidente de la Unión de Vendedores Ambulantes, Juan Jarque, afirma que “con la crisis, hay muchísima gente que quiere venir a vender a los mercados, pero no hay puestos y hay listas de espera en todos los pueblos”.

Como ejemplos de esta situación están poblaciones como Onda, donde 45 personas aguardan que se abra un hueco en alguno de los 200 puestos que forman el mercado local; o Almassora, desde cuyo Ayuntamiento indican que “la lista de espera es muy extensa, aproximadamente de 60 profesionales, y algunos están pendientes de una baja desde el 2007”, teniendo en cuenta que el número total de paradas es de apenas 87. Matizan, además, que el mayor número de solicitudes es por parte de negocios del comercio textil y del calzado.

Desde consistorios como los de Benicàssim o Vila-real indican que no existen listados físicos que registren las peticiones que no se han podido satisfacer, pero que “demanda hay”.

Juan Jarque, representante también de Mercaplaya, la empresa que gestiona los mercados de la capital, y los de las playas de Burriana y Almassora, manifiesta que “viene mucha gente para pedir un sitio en el mercado del lunes, pero no lo hay. Hemos creado hasta carnets para cubrir los huecos que cada semana se producen en unos quince puestos por diversas razones, pero están ya entregados”.

El representante de los vendedores añade que “muchos ven una salida al paro en el mercado, porque, con tener 300 euros para poder comprar género, ya tienes suficiente”. En cuanto a la marcha del sector, Jarque apunta que “en tiempos de crisis, también acude más gente, de manera que vamos resistiendo, aunque los márgenes son muy bajos”.

En cuanto al perfil de los clientes, explica que “ahora ya viene gente de todas las clases sociales y muchos que antes tenían más dinero para comprar de marca, acuden al mercadillo para encontrar productos más baratos; llama la atención ver el éxito que tienen los puestos de ropa de segunda mano, donde se venden piezas a uno o dos euros”.

'EL TOP MANTA'

Respecto a la venta irregular en el comercio ambulante, que ha repuntado durante el pasado verano en la provincia, tal y como ha informado Mediterráneo, Jarque rechaza, aunque dice comprender, a quienes, en momentos de dificultades, llevan a trabajar a su puesto en el mercado a un familiar.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Artesanos y Comerciantes del Maestrat, Juan José Blasco, ha explicado que “después de las medidas que se han tomado de mayor vigilancia, no solo en Castellón, sino también en Tarragona y Teruel, parece que las cosas están mejor”. Blasco anuncia que está pendiente de fijar fecha para una nueva reunión con el delegado del Consell en Castellón y el teniente coronel de la Guardia Civil para exponer el problema y buscar soluciones.