Los gatos callejeros también forman parte de Nules. Esa es la convicción del Ayuntamiento de la localidad y del departamento de Sanidad que dirige Antoni Romero, área en la que llevan más de un año coordinando una serie de colonias controladas de estos animales, con la participación de un equipo de voluntarios que, desde hace unos días, cuentan con un carnet oficial que les autoriza para dar de comer a los felinos en la vía pública, algo que viene limitado de manera específica por las ordenanzas municipales.

Esta es una más de las diferentes medidas propuestas por el Projecte CES, con el que pretenden garantizar «el bienestar de estos felinos, pero también reducir al máximo los problemas de plagas que la gente suele vincular con su presencia en la calle», explica el concejal responsable.

ACCIONES COORDINADAS / Además de las acciones habituales en este tipo de casos, como es la esterilización y vacunación de los felinos que identifican y localizan en el casco urbano, los voluntarios que hacen posible esta iniciativa quieren darles calidad de vida, y para ello consideran indispensable su alimentación.

La regulación de este aspecto en la normativa local especifica que se les puede dar comida «siempre que sea pienso y agua» y que se realice «en zonas reguladas e indicadas». De eso se encargan estos ciudadanos. Mantienen un control periódico de las diferentes colonias en el término municipal --hay en el pueblo y en la playa-- y les proporcionan los productos adecuados.

Pero la implicación de estos nulenses va todavía más allá. En su afán por proteger los gatos callejeros de un entorno que suele ser especialmente hostil y donde, en algunos casos, son identificados como una especie de plaga, han creado una red de contactos que les permiten identificar a los ejemplares que no forman parte de los grupos, de manera que puedan capturarlos, establecer las medidas sanitarias pertinentes e introducirlos en esos espacios reservados, resolviendo así cualquier problema futuro.