Que nadie se equivoque, Nules ha dependido y depende en gran medida de la agricultura. La riqueza de nuestro pueblo y su crecimiento ha venido de la mano del trabajo y buen hacer de nuestros agricultores, que se han dedicado al arte de la citricultura en general y al cultivo de la clemenules en particular, de forma que cuando la clemenules se paga, Nules va bien y viceversa.

La clemenules puede suponer más del 80% de los huertos que cultiva el agricultor de Nules, y en un año como este en el que las lluvias y el mercado han concluido en un desastre para el agricultor y por lo tanto un desastre para Nules, vale la pena detenerse un momento y reflexionar sobre las posibles vías de solución a encontrar para no abandonar y pensar en los cambios a realizar para conseguir que el agricultor al menos, recupere lo que cuesta cultivar la tierra y pueda tener un rendimiento digno por el trabajo que realiza.

Muchos son los factores externos, climatológicos, políticos, comerciales... para que año a año esto no se consiga, y muchas son las soluciones o acciones que se pueden plantear a distintos niveles, pero la herramienta que puede poner en marcha el agricultor para reaccionar y conseguir poner en valor su producto es la de la diferenciación, esto es, producir un producto de calidad, que esa calidad sea reconocida por el mercado, que los canales de distribución y el consumidor perciban esa calidad y que el producto sea demandado y por lo tanto se valore en su justa medida para que el agricultor pueda recibir el precio justo por su cosecha.

producto exquisito

Y con la clemenules esto se puede hacer. Porque el producto es exquisito, porque ha nacido en nuestro pueblo, porque es la reina del mercado en la época de su comercialización, porque tenemos el volumen suficiente para conseguirlo, porque las propiedades organolépticas que tiene nuestra clemenules son distintas a las cultivadas en otras zonas, lo que puede permitir marcar una zona geográfica que con un reglamento claro y conciso y un organismo regulador independiente, que solamente etiquete la clemenules de calidad que se produce en nuestra tierra, y con las campañas adecuadas en los mercados, pase de ser un producto que no se pague o que se quede en el árbol como este año, a ser un producto demandado y que se pague en su justa medida.

unión

Y por todo ello entendemos que nos debemos unir todos, olvidarnos de partidismos y buscar la ansiada figura de calidad, apostar todos por ella y pasar de ser elementos pasivos a ser realmente los actores del cambio, porque podemos quedarnos viendo lo bien que lo hacen otros o lo mal que nos va a nosotros, pero si no ponemos nada de nuestra parte esto va a seguir igual, y este es el mejor momento de hacerlo porque es el momento en que estamos y nada podemos hacer del pasado y de nosotros depende el futuro.