La Diputación de Castellón presentó ayer la fábula Lágrimas de azahar, de la mano de Mario García, diputado de Sostenibilidad; Pablo Roig, diputado de Desarrollo Sostenible y Agricultura; y Mónica Mira, portavoz del proyecto y corresponsal del periódico Mediterráneo. Se trata de una sencilla historia que representa las injusticias que sufren los trabajadores del sector cítricola de la provincia de Castellón. La idea artística surgió tras una «desastrosa etapa para los campos de naranjos a causa de la crisis económica» y, por consiguiente, «del descenso de los precios y los salarios», explicó ayer Mario García durante el acto de presentación.

AUTORES DE LA OBRA // Los nueve artistas que participan en esta iniciativa han colaborado de forma altruista para poner al servicio de la sociedad su imaginación y creatividad. Los ilustradores son el vallense Pere Ribera, pintor y escultor; Juanma Gavara, de Nules y actualmente diseñador gráfico; el dibujante Frank Frichard; la ilustradora ondense Lluna Lunera; José Granero El Grajo; Casimiro Pérez; el vilavellero y antiguo alumno en el taller de Pere Ribera, Marcos Vicent; María Griñó, artista autodidacta, miembro del grupo de artistas Memorias Colectivas y conocida por el protagonismo de la mujer en su obra; y el valenciano Vincent Moustache. Algunos de sus clientes han sido Vogue, Louis Vuitton, Instagram y el Consejo de Diseñadores de Moda de América. La escritora de la historia es la periodista Mónica Mira.

Todos ellos se decantaron por el género de la fábula, puesto que «es un discurso bonito para explicar realidades trascendentes de forma sencilla», matizó Mira.

El objetivo del proyecto artístico es concienciar al consumidor y alertarlo de las condiciones laborales que tienen los agricultores, «ya que las grandes superficies consiguen la mayor parte de los beneficios», expuso la escritora del cuento. Además, recordó que los compradores «tienen el poder de decidir qué comprar».

PERSPECTIVAS FUTURAS // Las expectativas de los creadores de Lágrimas de azahar consisten en distribuir esta primera edición de la narración a través de múltiples canales, como Ruta de Sabor, marca en la que se implican diversas empresas del sector agroalimentario y gastronómico de Castellón. También difundirla en los mercados locales, e incluso nacionales, y en las oficinas turísticas de la provincia. Mónica Mira destacó que se espera poder traducir la fábula a otros idiomas, «porque el sector de la citricultura genera mucha demanda en otros países». Asimismo, desean organizar una exposición y conseguir más visibilidad.