El verano pasó a la historia, pero uno de los problemas ligados a este periodo sigue más presente que nunca en las localidades costeras de la provincia. El repunte experimentado en las últimas semanas, denunciado por vecinos y responsables municipales, afecta a ámbitos de la vida cotidiana como el deporte de los niños.

En los últimos días, entidades de fútbol base de Burriana, Nules y Moncofa se han visto obligados a suspender sus sesiones de entrenamiento, debido a la gran cantidad de picaduras sufridas por los menores, y las auténticas nubes de insectos, visibles junto a los equipos de iluminación de los terrenos de juego. Todo ello ocurre mientras los consistorios de la Plana reclaman que la Conselleria de Sanidad otorgue la autorización para efectuar fumigaciones mediante vía aérea.

600 afectados en Burriana

El secretario técnico del Burriana Fútbol Base, Raúl Rubert, detalló a Mediterráneo que el campo del Llombai es uno de los principales focos de esta situación. «El viernes nos vimos obligados a suspender las sesiones de preparación de equipos de cadetes e infantiles». La proliferación de insectos, unido a una actividad que se practica en pantalón corto y petos de vistosos colores «hace que casi todos tengan muchas picaduras desde agosto, cuando se retomaron los entrenamientos de la nueva temporada», añadió.

Este panorama no solo causa molestias a los grupos que vieron cancelados los preparativos de los encuentros, sino que también sufren otros colectivos. «Nuestros chicos del amateur también padecen los efectos de la plaga, así como los del Atlético Burriana Salesianos, que también entrenan aquí», expuso Rubert. En total, calculó que son unos 600 deportistas los perjudicados.

Ante los hechos, el club de fútbol base recibió ayer la llamada del Ayuntamiento, para indicar que la empresa encargada de los tratamientos en la ciudad se personaría en el campo para estudiar el origen. «Con lo que vean este fin de semana, el lunes mirarán si fumigan la superficie de juego, o bien aplican otro tipo de medidas. El edil de Sanidad, Manel Navarro, afirmó esta semana que se hacen «dos fumigaciones al día, y haremos los tratamientos las veces que sea necesario.

«En Nules se nos comen»

El presidente del C. F. Nules, Pedro Arámbul, aseguró ayer que «desde hace unos 10 días» la presencia de mosquitos está obligando a cambiar o suspender entrenamientos, «sobre todo a partir de las 19.00 horas, porque se nos comen» y es así en todas las categorías, a pesar de que las fumigaciones en esta zona son constantes. Como ejemplo citó lo sucedido el jueves pasado, cuando un equipo de niños de la Vilavella acudió al Estadio Municipal Antonio Pérez a entrenar --porque el campo de su localidad está en reformas-- y tuvieron que marcharse porque había tantos mosquitos que no pudieron quedarse.

Las protestas alcanzan las plataformas digitales. El viernes se activó en change.org una recogida de firmas en la que los vecinos, no solo de Nules, piden «un tratamiento más efectivo» ante lo que consideran «un grave problema de salud pública». Ya hay más de 700 inscritos, entre ellos el alcalde, David García, y el concejal de Sanidad, Antonio Romero. El primer edil expresó que la gente «ya está haciendo bastante al aguantar y sufrir este problemón».

Moncofa limita los riegos

El delegado del Moncofa, Juan Masià, comentó que estos días «se está regando mucho menos el campo para evitar la proliferación». Suspendieron sesiones el miércoles, «y podría hacerse todos los días, pero hay que entrenar», aplicándose productos repelentes. Algo que no solo ocurre de noche, sino también a plena luz del día. El alcalde, Wenceslao Alós, destacó que la situación «es insostenible, y la Conselleria no puede mirar hacia otro lado».